Regresa el tiempo Ordinario con la Iglesia con una sensación de alivio.
La celebración del día a día.
Domingo X: la Iglesia nos da una lectura tan fundamental e importante.
Génesis 1, 2 y 3, capítulos crucialmente importantes.
Nos cuenta hoy la dinámica básica del pecado.
“Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: ‘¿Dónde estás?’”.
El Dios omnisciente sabe exactamente dónde están sus criaturas.
El pecado involucra siempre una enemistad con Dios.
Todos somos pecadores, y entonces nuestra experiencia de Dios es de separación.
Dios dijo, “¿Dónde estás? ¿Dónde están mis creaturas? Los he perdido de vista”.
1.- En verdad significa que nosotros hemos perdido de vista a Dios. Nos hemos marchado.
Compañeros pecadores, sé que se sienten de esta manera.
Sé que experimentan a Dios de esta misma manera.
Adán contesta,
“Oí tus pasos en el jardín; y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí”.
¿por qué tendrías miedo de Dios?
Él no le tenía miedo a Dios antes de la caída.
Caminaba con Dios en un cordial compañerismo.
Amigo de Dios, sin miedo a él.
¿Qué lo hizo temer?
“porque estoy desnudo, y me escondí”.
Bueno, él estaba desnudo antes y no se estaba escondiendo.
¿Qué sucedió?
1.- El pecado nos despierta, por su naturaleza misma, una sensación de pudor y vergüenza.
Los mejores momentos en la vida son aquellos, sin excepción, en los que eres menos consciente de ti mismo.
los mejores momentos del día, son cuando están entregado a un proyecto o en la belleza que te rodea, en la maravilla de una amistad, en una conversación, una obra de arte, etc
.
Es cuando estás menos pendientes de ti cuando eres más feliz.
Agustín describe el pecado como: “Curvatus in se”.
Cuando estoy encorvado sobre mí mismo, allí es cuando estoy triste.
¿Qué le sucede aquí a Adán?
Estaba desnudo antes, no tenía miedo a Dios, no estaba avergonzado, no se escondía de Dios.
Pero ahora, en el despertar del pecado, que es la enemistad con Dios, la violación de la ley de Dios, se vuelve dolorosamente consciente de sí mismo, avergonzado.
Necesita cubrir algo en su vida.
Esta es una imagen maravillosa de la desvergüenza.
Piensen cuando están en la presencia de un verdadero amigo, no alguien con el que recién te estés familiarizando, sino un amigo verdadero.
Puedes estar psicológicamente desnudo.
Puedes ponerte al descubierto.
No estás tratando de esconder algo a aquella persona.
Lo que sucede es que nuestro pecado despierta vergüenza en nosotros y el deseo de escondernos y cubrirnos.
Bueno, es exactamente lo que hacemos, dolorosamente, en la presencia de Dios.
2.- El “¿dónde estás?” es Dios que no se rinde con nosotros.
Si Dios se hubiera ofendido por nuestro pecado, y nos hubiera mandado al diablo, ellos no me escucharon…. Pero el Dios de la Biblia no es así.
Existe una línea directa desde esta imagen de Dios con el padre del hijo pródigo.
Él no se rinde con nosotros.
Él nos persigue.
¿Dónde estás? ¿Dónde estás?
Nos está buscando, incluso cuando huimos de él.
Pero la enemistad hace surgir la vergüenza y la vergüenza ¿qué hace surgir?
El Señor dice, “‘¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?’”.
El hombre respondió, “‘La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol y comí’.
El Señor Dios dijo a la mujer: ‘¿Por qué has hecho esto?’
Repuso la mujer: ‘La serpiente me engañó y comí’”.
2.- La enemistad con Dios conduce a la vergüenza, y la vergüenza conduce al reproche.
Es el juego de la vergüenza y el reproche.
Eso es lo que nos sucede.
en nuestra vergüenza, nuestro remordimiento, el horrible amor propio, que es lo mismo que la tristeza, ¿qué hacemos?
Comenzamos a buscar, culpando a todos los que tenemos alrededor. Por eso soy infeliz.
¿Os suena familiar, compañeros pecadores? Es la dinámica básica.
El pecado nos lleva a la enemistad y el reproche.
La enemistad con Dios nos conduce a la vergüenza, que a su vez conduce al reproche.
Cuantas conversaciones hablando mal unos de otros?
Satanás viene de allí.
Su nombre significa: el acusador, o incluso más precisamente el fiscal.
¿Cuál es el trabajo del fiscal?
Acusar, acusar.
Ellos lo hicieron.
Él lo hizo.
Ella lo hizo.
El acusador.
En cierto modo, estamos bajo la esclavitud de este poder acusador, y produce el mundo del pecado —enemistad, vergüenza, reproche— en el que todos funcionamos.
Génesis capítulo 3: la dinámica que domina gran parte de nuestras vidas.
Ahora, pasemos de allí a nuestro Evangelio.
3.- ¿Quién es Jesús?
Dios amó tanto al mundo, este mundo caído y disfuncional, que envió a su Hijo único a él, para que aquellos que creen en él puedan tener vida eterna.
Viene de fuera de la disfunción, pero entra en la disfunción.
Esa es la Encarnación, si se quiere.
Lo estoy expresando aquí en un vocabulario más soteriológico, el vocabulario de la salvación. Vino de afuera de la disfunción, pero se introdujo en la disfunción.
No fuera de ella, sino en ella.
¿Cuál es su trabajo?
Expulsar a Satanás. Este acusador ha hecho surgir el juego de la enemistad, la vergüenza y el reproche.
¿Cuál es el trabajo de Jesús? Es expulsar a este poder.
El Evangelio nos cuenta que Jesús revierte el juego de vergüenza y reproche.
¿Se dedica él a avergonzar a la gente?
No, al contrario, a invitar y perdonar.
“Yo tampoco te condeno”.
Comiendo y bebiendo, sí, con pecadores y prostitutas y recaudadores de impuestos.
3.- El juego del reproche, no.
El juego del perdón, el juego de la compasión, inclusión.
No en el sentido woke en que se utiliza hoy.
Pero sí, efectivamente, a la inclusión en el buen sentido bíblico.
La mesa abierta de hermandad de Jesús, a la que invita a todos.
¿Ves cómo está quitando autoridad a Satanás?
Ahora, escucha este Evangelio extraño de Marcos.
“Al enterarse sus parientes”
—se refiere a todo lo que estaba haciendo y especialmente los exorcismos—
“fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco”.
5.- Él está loco, lo que significa que no está viviendo en el ámbito producido por el juego de vergüenza y reproche.
Ha venido de fuera de él, y entonces dentro del mundo del pecado,
él parece loco porque lo está.
Ha puesto a ese mundo patas para arriba.
Luego, adoro esto, los escribas, los líderes religiosos oficiales, que vinieron de Jerusalén, y dicen, “Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera”.
Qué lógica tan tonta, la que Jesús expone por completo,
Escucha al vocabulario que utiliza:
“¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
.
No, estoy aquí para expulsar a Satanás.
Eso es lo que les está diciendo.
5.- Estoy aquí para expulsar esta dinámica que ha llegado a dominar toda la vida humana, para deshacer el juego de la enemistad, la vergüenza y el reproche declarando y encarnando un reino totalmente nuevo.
El reino de Dios, no el reino que comenzó con el pecado original y que ha acosado y envenenado a la raza humana desde entonces.
Ese reino no.
Estoy expulsando al príncipe de ese reino para convertirme en el Señor de este nuevo reino de amor y compasión e inclusión y perdón.
Allí está el Evangelio.
Ha llegado un nuevo mundo.
El viejo príncipe está siendo desterrado y ha arribado un nuevo Rey.
Acepten su reinado, vivan dentro de su reinado.
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