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“La Iglesia está yendo hacia los perros, y cuando llegue, los convertirá.”

Actualizado: 31 may

✍️ ¿Qué quiso decir Chesterton con esto?


1. Reconoce el declive aparente

Chesterton no niega que, en ciertos momentos, la Iglesia parezca en crisis, desacreditada, desorientada o atacada por dentro y por fuera. Es una constatación realista: “está yendo hacia los perros”, como se decía en su tiempo para expresar que algo estaba en decadencia.


2. Afirma su poder transformador

Pero inmediatamente revierte la perspectiva: cuando la Iglesia llegue a ese lugar bajo, no será derrotada, sino que evangelizará incluso allí. ¡Convertirá a los perros! No se rinde, no se deforma: transforma.


3. Es un mensaje de esperanza paradójica

Chesterton, con su típico humor lleno de fe, invierte el drama en gracia. La decadencia no es el fin, sino el escenario de una redención insospechada.


🪔 Aplicación pastoral

Cuando parezca que la Iglesia pierde fuerza, vocaciones, credibilidad… ¡es justo cuando más se parece a su Maestro crucificado!Y desde ahí, obra la resurrección.
  • La esperanza contra toda esperanza.

  • El poder del Evangelio en contextos hostiles.

  • La historia cíclica de la Iglesia, que tantas veces ha parecido morir… para renacer más pura y fuerte.


📖 ¿Dónde dijo esto Chesterton?

La frase suele atribuirse a su columna o escritos sobre la Iglesia y la civilización moderna, pero no hay una única fuente clara. Se cita mucho en obras que recogen su pensamiento como:


  • Orthodoxy (Ortodoxia)

  • The Everlasting Man (El hombre eterno)

  • Y en artículos sueltos en el periódico The Illustrated London News




TESOROS DEL PASADO.

Creo que es necesario explorar a fondo los tesoros del pasado, y en particular, me refiero aquí a las estrategias de la era apostólica. Realmente meterse en la mente de los Padres de la Iglesia, recuperar el gran heroísmo y el coraje de los mártires de los primeros siglos, y reunir todo eso nuevamente al servicio del Evangelio. Eso nos mostrará el camino en muchas de estas cuestiones prácticas.


También se trata de redescubrir el fuego de las personas, ¿verdad? El fuego misionero.


No hay nada nuevo bajo el sol. El mundo, la carne y el diablo siempre han estado obrando contra la Iglesia.


Pero los grandes santos, los grandes reformadores, los grandes líderes apostólicos, los Padres de la Iglesia, los líderes de las órdenes religiosas, nos han ayudado con sus vidas y sus escritos. Recordemos que la Iglesia trasciende las épocas. Esa Iglesia… no ha terminado de graduarse. Intercede por nosotros.


Y es muy, muy importante —como decimos en el Renacimiento— crear una red de pastores y líderes de la Iglesia que estén aprendiendo y creando comunidades de aprendizaje. La gran realidad de la Iglesia es que hay una realidad invisible de quienes han enfrentado batallas similares a las nuestras, obviamente en contextos distintos. Hay una red muy buena y muy sólida en la que podemos apoyarnos.


Estrategias de evangelización de los primeros padres de la Iglesia:

🕊️ 1. Anuncio kerigmático y martirio gozoso

  • Primer anuncio del kerigma, no como teoría, sino como testimonio: Jesucristo ha resucitado, y nosotros lo hemos visto.

  • Como en los primeros tiempos, nos encontramos y compartimos nuestras experiencias de Dios

  • El martirio no fue una derrota, sino una predicación viviente. Su sangre hablaba con más elocuencia que mil discursos (cf. Tertuliano: “Sanguis martyrum, semen christianorum”).

  • Ejemplo: San Ignacio de Antioquía, que evangelizaba con sus cartas camino al martirio.


📚 2. Inculturación de la fe

  • Supieron hablar el lenguaje de su tiempo, como san Justino Mártir que usó la filosofía estoica y platónica para explicar la fe a los paganos cultos.

  • La inculturación no era adaptación superficial, sino una sabia cristianización de lo bueno que encontraban en la cultura grecorromana.


🏛️ 3. Defensa apologética con amor

  • Como defensores de la fe, los Padres (Ireneo, Justino, Orígenes) enfrentaron herejías, idolatrías y confusiones doctrinales con caridad, pero con firmeza.

  • Buscaban convencer, no vencer. No ridiculizaban a sus adversarios, sino que los llevaban hacia la Verdad con paciencia.


🛐 4. Liturgia como catequesis viva

  • La liturgia era escuela de fe. Los catecúmenos no podían ver ciertos ritos hasta estar iniciados. Esto generaba reverencia y sed de Dios.

  • Padres como San Cirilo de Jerusalén o San Ambrosio ofrecían catequesis mistagógicas, introduciendo al misterio por medio de los sacramentos.


🏘️ 5. Comunidad y testimonio fraterno

  • La vida de comunidad cristiana era la mejor predicación: “Miren cómo se aman” (Tertuliano).

  • Los cristianos cuidaban a enfermos, huérfanos y viudas, y eso asombraba al mundo romano, acostumbrado al abandono de los débiles.


🧠 6. Formación profunda de líderes

  • Padres como San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Agustín formaban obispos y presbíteros con alto nivel intelectual y vida espiritual intensa.

  • No improvisaban evangelizadores. Se formaban en Sagrada Escritura, filosofía, retórica y vida de oración.


📜 7. Escritura y predicación constante

  • ¡Qué torrente de cartas, homilías y tratados! ¡No se callaban!

  • San Juan Crisóstomo predicaba a diario. San Agustín escribió más de 5 millones de palabras.

  • Usaban todos los recursos a su alcance: pergaminos, memoria, escuelas, diálogos.


🔥 8. Celo misionero universal

  • A pesar de las persecuciones, veían su vocación como enviados a todo el mundo.

  • San Ireneo escribía a Roma desde Lyon, san Clemente de Alejandría pensaba la misión más allá del Imperio, y san Gregorio el Taumaturgo convertía pueblos enteros.


James Mallon: 30/05/2025:  

 - La Iglesia ha pasado por un punto de inflexión: de la cristiandad (donde el cristianismo daba forma a la cultura) a una misión apostólica (donde debemos predicar activamente el Evangelio).

- Aunque mantener y alimentar el rebaño es esencial, no podemos detenernos ahí: estamos llamados a salir en misión.

- Muchos sacerdotes y líderes católicos fueron formados dentro de una mentalidad de cristiandad, que ya no se ajusta a la realidad de hoy.

- La formación de líderes sacerdotales y laicos es fundamental. La formación intelectual es importante, pero debe estar profundamente arraigada en la realidad pastoral; de lo contrario, los seminaristas corren el riesgo de no madurar en la misión a la que están llamados.


1. La felicidad humana no es el único objetivo de nuestra existencia

Creer que la felicidad terrenal es el único objetivo es un error influenciado por el secularismo moderno. Jesús vino a salvar lo perdido, y ese anuncio es mucho más profundo que simplemente “ser buena persona”.

Hay más objetivos en juego. Eso no suena muy cómodo, porque parece que estamos haciendo un juicio moral. El Hijo del Hombre, Jesús, vino a buscarnos y salvarnos, a salvar lo que estaba perdido. Para la vida eterna y para dar testimonio ante el mundo.


2. Crítica al universalismo emergente

La idea de que “todos se salvan igual” debilita la urgencia de evangelizar. Este universalismo moderno adormece el celo misionero y nos aleja de la conversión real.


La idea de que realmente no importa ser santos, porque a menos que seas Hitler, todos irán al cielo de todos modos. Si eres una buena persona, no te pierdes, a menos que seas realmente una mala persona. Creo que esta forma de pensar debilita nuestra capacidad para considerar esta nueva era, esta nueva religión secular (Basta con tolerarnos). 

Puede ser un gran obstáculo para responder al llamado de Dios hacia una nueva era apostólica. Nos aleja de la evangelización y de ofrecer vidas plenas y completas a las personas. Es un camino muy peligroso.


3. La urgencia de evangelizar

La cosecha es grande, pero faltan obreros. No basta con edificios llenos: necesitamos corazones encendidos y parroquias en misión.


A veces escuchamos que la cosecha a veces da pena, a veces se dice el chiste de que 'los edificios son plenos y grandes, pero los parroquianos son muy pocos'. Entonces creemos en esto que nos dice Jesús: la cosecha es abundante.


4. Parábola del zapatero

Dos actitudes ante el mundo: el que ve dificultad y se rinde, y el que ve oportunidad y se lanza. El mundo está hambriento: ¡hay que responder!


Hay una historia de un padre que era zapatero y manda a sus dos hijos a diferentes países. El primero regresa a casa y dice: nadie en esta tierra donde me mandaste usa zapatos, así que no me comvertí en zapatero. Y el segundo le dice: ‘manda a más gente de nuestra familia, porque nos vamos a volver ricos, manda a más gente para que les haga zapatos’.


La gente está hambrienta. 

Yo creo que hay que despertarnos de estas cosas seculares. Hay que prepararnos.


5. La imagen de los barcos amarrados

Aunque haya “peces hambrientos” (gente con sed de Dios), si los “barcos” (parroquias) están inactivos, no habrá pesca. Urge salir a evangelizar.


No importa cuántos peces hambrientos están nadando por el pueblo, si es que todos los barcos de pesca están amarrados a ese puerto. 


6. Renovación parroquial: difícil pero necesaria

Renovar no es decorar: es morir y resucitar. Requiere tiempo, sacrificio, liderazgo y comunidad. Y sobre todo, depender del Espíritu Santo.


Yo estoy pensando en las parroquias que podrían estar presentes aquí, que dicen, no, esto suena muy bien, pero lo que veo es miembros en declive, la gente que se está alejando de la parroquia. ¿Cómo puedo cambiar esto? ¿Cuál es la oportunidad de las personas que están aquí con nosotros de ver que la cosecha es rica, es grande y abundante? 


7. Evangelización como prioridad, no como accesorio

La evangelización no es una actividad más, sino el motor de todo. La evangelización transforma a la Iglesia desde dentro, lentamente pero con firmeza.


 Yo creo que la primera cosa es que hay que hacer la renovación de la parroquia. Es un proceso largo y doloroso. Nuestro ministerio se llama de renovación divina. Es como renovar tu casa. Te va a costar más de lo que pensabas. ¿Por qué están muriendo? Es una conversión ante la muerte.


La muerte es la resurrección

Pablo nos dice, siempre y en todo lugar, requiere levantarse de la muerte.

Como pastores, no lo hagas tú solo.

Reúnete con otros que te ayuden en esta misión.


Porque ninguno de nosotros tiene todos los dones que necesitamos.

Simplemente porque nos entrenaron para estar en este mapa.Nosotros tenemos que salirnos del mapa. Hay que escribir, reescribir los mapas.  

Únete con un buen grupo de personas alrededor tuyo.

Empieza con una oración. Somos la sal de esta tierra.

No es solamente un hecho sociológico o psicológico. Es una guerra espiritual.

Jesús nos dice que el enemigo vendrá en la noche cuando menos preparado estés. Si tú decides empezar a tomar la llamada de tu parroquia para ser misionero, realmente, recuerda, vas a estar en el radar del enemigo. 

Si puedes reclutar a personas, empieza a rezar con ellas, A interceder, a lanzar un programa de evangelización.


La evangelización es la pieza principal de toda actividad pastoral. Recuerda esto.


Una de nuestras claves de la renovación divina es la primacía, la primacía de la evangelización. 

Cuando lo haces de manera prioritaria, no sólo una más de las cosas, de las tantas cosas que tienes que hacer, sino que es la fuente de esta nueva vida:

Va a empezar a cambiar todo poco a poco.


8. La clave: el Espíritu Santo

 Sin el Espíritu, no hay misión. Jesús lo dijo claro: “esperad a ser revestidos de poder”. El fuego de Pentecostés es necesario hoy.


Y esta nueva forma de liderar esta ola nueva de evangelización es fruto del Espíritu Santo.  

Jesús fue muy claro: En el evangelio de Lucas, cuando apareció el domingo de Pascua, le dijo: " Quedaos en la ciudad hasta que seáis llenos de poder. Permaneced ahí sentados". Jesús le dijo: "vosotros no podéis hacer eso. Vosotros no podéis hacer eso solos, con vuestra propia fuerza”.

No es solamente rezar, depende de la oración. 

En nuestra parroquia no hay una vidriera dedicada a la venida del Espíritu Santo sobre el colegio apostólico, pero sí hay dos vidrieras en las que está representado el Espíritu Santo: Las ubicas?

Hay que rezar por ese fuego de Pentecostés que venga a la Iglesia, porque la Iglesia que está liderada desde arriba siempre regresa arriba. 


9. Tres pilares de la Renovación Divina

  1. Poder del Espíritu Santo.

  2. Primacía de la evangelización.

  3. Buen liderazgo.

Estos principios, adaptados a cada realidad, son fundamentales para revitalizar parroquias.

Es tiempo de pedirle al Espíritu Santo que venga y que nos impulse para esto.  Estas son las tres claves del modelo de la renovación divina:

1+  Nos comunicamos con el poder del Espíritu Santo,

2+ la primacía de la evangelización

3+ y el mejor liderazgo. Formados para el liderazgo.

Estos son muy buenos principios. 

Dentro de diferentes contextos hay que ser muy paciente y el rol del pastor es muy, muy importante. Recuerda esto a largo plazo. 


10. Inspiración en la Iglesia primitiva

Los primeros cristianos eran pocos, pero ardían de fe. Eran subversivos espiritualmente, organizados, valientes y transformaban culturas.

En la Iglesia primitiva y los inicios rápidos del cristianismo, solamente había unos pocos miles de creyentes.  Y luego se extendió desde el Imperio Romano.  En este contexto, ¿qué inspiración se puede sacar? 

Tenemos que entender que esto es una lucha. 

No peleamos con armas del mundo, sino que es una lucha que se nos da nosotros en nuestros propios tiempos.  Vale la pena pelear por la verdad.  Y también vale la pena pelear por la Iglesia. Eso significa que tenemos que pensar mucho y ser muy estratégicos con lo que hacemos. 

Los primeros cristianos eran muy subversivos.  A veces no lo entendemos. 

Durante la época de Pascua, leemos los Hechos de los apóstoles. Que estaban efervescentes, con alegría, con mucha convicción, las autoridades empezaron a decirles que dejen de anunciar ese nombre. ¿Qué? Ellos no, no podían hacerlo.  ¿Cómo podemos detenerlo? ¿Cómo podemos dejar de decir el nombre de Jesús? Todas sus mentes se transformaron.  


11. La Iglesia es real y poderosa

 Lo que creemos no es un bonito ideal, ¡es real! Necesitamos vivirlo con convicción, inteligencia y creatividad.

Y los romanos, la gente piensa en los romanos como personas muy hambrientas de sangre, de matanzas. Bueno, y sí lo eran. Pero luego vino también la civilización grecorromana, donde surgieron las primeras iglesias. Esa cultura era muy sofisticada. Y ellos podían ver que ésta era una amenaza muy seria. 

 Jesús no era, solamente, un aventurero que iba por ahí predicando sin objetivos claros, sino que estaba formando una sociedad ordenada, altamente ordenada, porque él quería asumir al mundoÉl estaba invadiendo el mundo con la verdad, con la bondad, con el poder del Espíritu Santo y el Evangelio. 

Entonces, ese grupo más organizado, junto a la armada romana, eran los primeros cristianos.  Y por eso sentían que debían perseguirlos.  Nosotros tenemos que tener ese nivel de convicción. Nuestras mentes y corazones tienen que convertirse.   Tenemos que saber que lo que predicamos y en lo que creemos es realmente real.  Y debemos vivirlo de esa manera también. 

 Ser muy inteligentes. 

En la era apostólica en la que vivimos, por ejemplo, una familia católica está llamada a vivir el Evangelio, que es verdadero. Es verdadero para todos nosotros.  Las personas verían nuestras vidas y nuestras parroquias y dirían: "qué bueno, estas personas no se acomodan,  no tratan de encajar", Es tiempo de compartir con ellos".


12. Recordar que hay un mundo invisible

La comunión de los santos nos recuerda que no estamos solos. Evangelizamos con ayuda del cielo, sabiendo que hay un mundo después de este.

UN MUNDO DESPUÉS DE ESTE: ¿Lo tenemos claro?

Como testigos cristianos en los tiempos que vivimos, tenemos que recordar la comunión de los santos y el mundo invisible. Al hacer esto, de repente nos conectamos con las realidades de nuestra fe desde el suelo, desde lo concreto. No solo en este mundo, sino sabiendo que hay un mundo después de este.

Como dijo el padre James, tenemos recursos, fuerzas y apoyo que van más allá de nuestras pobres capacidades. Un pastor de una iglesia de la ciudad de Leeds decía siempre que la Iglesia está yéndose a los perros, pero los perros son siempre los que mueren primero, entonces hay este tipo de poder profundo y bello de regeneración que está latente de toda la Iglesia.


13. Francia como ejemplo de resurrección

: Aunque parezca muerta, la Iglesia resucita. Francia, tras la revolución, ha vivido renacimientos inesperados. Dios no abandona a su pueblo.

Francia, a inicios del siglo XIX parecía que la Iglesia no iba a sobrevivir, pero ahora está más grande, más dinámica que nunca, incluso han venido nuevas órdenes religiosas, Francia es un país que fue marcado por la revolución y la revolución es como la característica de la era moderna, estas revoluciones culturales y políticas, esta revuelta que se supone que van a traer a los nuevos heraldos, esa libertad última y humanitaria, ese triunfo, un público nuevo de una sociedad perfecta, dorada, ellos que están tratando de construir el paraíso aquí en la tierra, la Francia moderna se fundó la revolución, no tenemos nada que perder sino mucho que ganar, cuando uno deshecha la religión entonces se vuelve muy vulnerable y se vuelve muy aburrido también,

La religión de nuestros días cimienta profundamente cualquier aspiración humana, los sueños que tiene Dios para la raza humana, no se pueden sacar de nosotros, pero parece que queremos vivir en una pesadilla en la que nosotros podemos soñar y hacer más que Dios.


14. La historia más grande jamás contada

Frente a Marvel o Harry Potter, tenemos una historia viva, verdadera y transformadora: el Evangelio. Contarla con poder renueva al mundo.

Tenemos que recordar que tenemos la mayor, la más grande historia, jamás contada. El hombre está creando los comics de Marvel, el juego de Tronos, Harry Potter, etcétera, pero nosotros tenemos la mejor historia jamás contada y cuando la contamos se vuelve poderosa. (Quién resume esta historia?)

el Espíritu Santo es la respuesta a todo esto.


15. La Iglesia local está en crisis, pero con esperanza

 Algunas diócesis han muerto, pero la vida puede volver. Hay que tomar la iniciativa, luchar por la Iglesia, no darla por perdida.

La iglesia local se está muriendo, en algunos sitios ya murió.

La cristiandad tiene algo que decir y tiene que traer esto a la vida, que cobre vida. Hay diócesis que han muerto, se han convertido en un título de algún obispo auxiliar de otro lugar del mundo, Pero no, hay que tomar las riendas, hay que tomar la oportunidad, hay que ser fieles, hay que luchar por esto y no tomarlo por hecho.


16. Jesús no fundó un club, sino una civilización del Evangelio

Jesús no fue un idealista vago. Fundó una comunidad ordenada, con misión clara. Por eso fue perseguido. Hoy debemos tener esa misma claridad.

Dios desea la vida para la iglesia. Y como nos dijo Jesús: la cosecha es grande y abundante, pero los trabajadores son pocos. Y lo escucho en todas las parroquias. La cosecha a veces da pena. A veces se dice el chiste de que los edificios plenos y grandes, pero los parroquianos son muy pocos. Entonces, creemos en esto que nos dice Jesucristo: La cosecha es plena.

Yo diría... que había mucha simplicidad, claridad, pero también consciencia de  ser una parte de un proceso de renovación. La renovación es una palabra importante para nosotros. Es por eso que nuestro ministerio se llama Renovación Divina.


17. Conversión pastoral profunda

Se necesita una transformación de mentalidad. Saber que lo que predicamos es real. Que nuestra vida hable más que nuestros carteles.

Jesús, Dios, es eterno. Lo dijo San Agustín. Jesús mismo lo dijo.

Jesús está en el negocio de volver a pintar o repintar ese poste blanco o esa cerca blanca. Va a reemplazarla, va a volver a pintarla, va a volver a hacerla nueva, a renovarla. Y por eso escuchamos estas voces hoy en la Iglesia.

Tenemos que retroceder a algún punto en que este era el epítome de la perfección de la Iglesia que tenemos que renovar.


18. Renovación, no restauración

A James MAllon no le gusta la palabra RESTAURAR que tanto nos gusta a los franciscanos, porque al entiende como volver al pasado. Por eso habla de RENOVACIÓN. No se trata de volver al pasado, sino de renovar con el Espíritu. No es nostalgia, es impulso. Es pintar la cerca, no reconstruir el museo.

Tradicionalmente se ha dicho que hay que restaurar la Iglesia, pero yo diría que eso es algo ultra tradicional.

Y la renovación no es lo mismo que una restauración. No creo que podemos restaurar una iglesia. No necesitamos hacerlo.

Es del siglo XVII. Pero no retrocedamos tanto. Nosotros hemos redescubierto ese celo apostólico. 

Lo vemos en los apóstoles, en hechos de los apóstoles. Y en aquellos primeros siglos, los primeros teólogos, los padres de la Iglesia, cómo identificaron la religión de esa era y cómo pudieron hablar y entenderse con las personas a nivel tan profundo de su corazón.


19. Oración como motor de la misión

Todo lo anterior sin oración no tiene raíz. La renovación comienza con rodillas dobladas, invocando al Espíritu que hace nuevas todas las cosas.


 Y ahora vamos a llegar a la parte más importante, que es rezar. Vamos a rezar por una nueva renovación dentro de la Iglesia y que el Espíritu Santo vierta sus dones sobre nosotros. Padre James, me gustaría invitarle a hacer una oración final.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vamos a tener unos momentos de silencio.

Invitaremos al Espíritu Santo a venir sobre nosotros, a que mueva nuestros corazones y a que toque nuestras mentes. Espíritu Santo, te pedimos que vengas, que vengas con poder. Escuchamos en el Evangelio de Lucas que tenemos que esperar hasta estar vestidos de poder. Este esperar es nuestro tiempo de oración.

Espíritu Santo, vístenos con tu poder.

Coloca tu fuego sobre nuestros corazones. Renueva nuestro celo.

Que tengamos conocimientos en nuestra vida. Espíritu Santo, ven.

Ahora que rezamos juntos nos rendimos ante ti, rendimos ante ti nuestras frustraciones, nuestra impotencia, nuestros temores, dubitaciones o incertidumbres y te pedimos Espíritu Santo que nos des el don de la sabiduría, el don de la valentía y de la paz y de la confianza.

Te ofrecemos nuestras parroquias, nuestros ministerios, donde trabajamos, nuestras familias, todos los lugares en donde nos has dado para servir. Queremos ejercer el liderazgo y te pedimos que abras las puertas, que abras un camino para que nosotros podamos conectarnos con otros, que compartamos esta visión de que la Iglesia participe en todo lo que estás haciendo.

Rezamos por nuestra Iglesia universal en unión con todos los santos de todos los siglos. Rezamos por nuestro nuevo Papa, el Papa León.

Rezamos para que realmente pueda construir los puentes que se necesitan, que traiga unidad, la unidad que se funda en la verdad. Tenemos que hacer cualquier esfuerzo posible para mantener el lazo de la unidad y el espíritu de la paz, porque nosotros sabemos que a través de nuestra unidad el mundo se salvará y por tanto, te pedimos esto, ven Espíritu Santo, Oh, buen Jesús, yo estoy de acuerdo con todo lo que mi hermano te ha pedido,

Envía a tu Santo Espíritu para que venga el mundo, oh Señor, que has confiado en la Iglesia y que has confiado en tus apóstoles, nosotros, en nuestros propios tiempos, hemos sido enviados como ellos, a los confines de la tierra y te pedimos que nos dés su fe, su valentía, su esperanza y su convicción. Tenemos fe, pero fortalécela, purifícala, danos la visión clara para ver la acción de Dios.  

Nosotros sabemos que tú estás entre nosotros. No estamos abrumados. Tú te preocupas de nosotros y nos cuidas como pastor. Y nos das la sabiduría para cuidar a otros, a nuestro cuidado.

Ahora que entramos a este mes del Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro corazón sea tuyo. Tú tienes un plan. Para cada uno, cada una de nuestras parroquias, tienes un plan también para la Iglesia Universal.

No podemos hacerlo solos, no podemos hacerlo sin Ti, sino sin que danos esta dulzura de corazón que podamos ser dóciles a tu plan. Que tu Espíritu se revele a nosotros y nos dé la convicción para servirte con entrega y devoción.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.



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