La reutilización del patrimonio eclesial redundante
- Fray Dino
- 28 abr
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Actualizado: 28 abr
El pasado viernes 25 de abril, en el Monasterio San Martín Pinario de Santiago de Compostela tuvo lugar una Jornada que abordó la gestión del patrimonio inmobiliario de la Iglesia que se encuentra redundante.
Este tema es una preocupación importante que afecta no solo a la propia Iglesia, sino también a la sociedad civil y a las distintas administraciones.
1.- La bienvenida estuvo a cargo de mons. Francisco José Prieto, Arzobispo de Santiago, quien destacó la relevancia del patrimonio en la ciudad y lo describió como una expresión de fe, historia y cultura. Citó al Papa Francisco, refiriéndose al congreso de 2018, quien considera que el cuidado de los bienes culturales eclesiásticos equivale a «dar culto a Cristo», siendo «testimonio de fe» e «instrumentos de evangelización». El Arzobispo enfatizó la importancia de la belleza como camino hacia Dios y la necesidad de que las decisiones sobre este patrimonio sean el «fruto de una reflexión coral» que integre a la comunidad cristiana y a la comunidad civil, buscando la colaboración interdisciplinar. Encomendó a la jornada esta misma reflexión coral.
2.- La introducción del evento, realizada por Esteban Fernández-Cobián, contextualizó la problemática, señalando la dificultad que el mantenimiento de templos en desuso supone para la economía de las diócesis. Mencionó las primeras directrices vaticanas de 2018 sobre la disposición y reutilización de iglesias, promovidas por el entonces Consejo Pontificio para la Cultura. Estas directrices abogan por una «reapropiación continua» de los edificios, haciéndolos «habitables y útiles». También se presentó el tema del patrimonio de las comunidades de vida consagrada, un área menos explorada, vinculado al simposio y volumen «Carisma y Creatividad» de 2022. Se mostraron diversos ejemplos internacionales y españoles de reutilización, desde clubes nocturnos y pistas de skate hasta librerías y hoteles.
El abandono y la falta de uso de muchos templos plantea un serio desafío a las diócesis, no solo económico, sino también cultural y espiritual. Frente a esto, el Vaticano, a través del Consejo Pontificio para la Cultura, impulsó en 2018 unas directrices sobre el desmantelamiento y reutilización de iglesias, buscando que las comunidades cristianas recuperen estos espacios, adaptándolos a nuevas funciones, incluso laicas, pero siempre con alma y ética cristiana.
Se han dado ejemplos históricos y actuales de reutilización: antiguos conventos convertidos en museos, hospitales, casas de cultura... hasta casos más insólitos como iglesias convertidas en discotecas, pistas de skate, librerías o spas. Algunos reutilizan de manera respetuosa el espacio sagrado; otros, más comerciales o frívolos, plantean debates éticos importantes.
También se presentaron proyectos actuales como Transara en Alemania, que estudia la transformación del espacio sagrado en diálogo con la memoria colectiva, buscando mantener su función orientadora, aunque cambie el uso.
Finalmente, se subraya la necesidad de un trabajo conjunto entre la Iglesia, la ciencia y la sociedad, para decidir con sabiduría y sensibilidad el futuro de estos lugares, asegurando su servicio al bien común, especialmente en zonas desfavorecidas.
Citando los siguientes ejemplos de edificios y lo que han venido a ser en la actualidad:
Monasterio de San Estebo de Ribas de Sil: Parador Nacional |
Convento de Bonaval: Museo do Pobo Galego |
Convento en Pontedeume, Casa de la Cultura |
Monasterio en Meira, Casa Consistorial (Ayuntamiento) |
Convento en Conxo (Santiago): Hospital Psiquiátrico |
Monasterio de San Salvador en Celanova: Contenedor cultural y asistencial de usos múltiples |
Convento en Ribadavia: Hospital Asilo |
Monasterio de Santa Cristina en Nogueira de Ramuín: Ruina musealizada |
Abadía de Santa María de Retuerta: Spa-Hotel-Bodega de lujo |
Cartuja Baja de Zaragoza: Barrio residencial |
Convento de San Francés en San Pedor (Barcelona): Auditorio y sala de exposiciones |
Convento de San Antonio el Real en Salamanca: Tienda Zara |
Monasterio de San Juan en Burgos: Sala de exposiciones |
Iglesia Episcopaliana de Holy Communion en Nueva York,": Centro de rehabilitación, club nocturno, centro comercial, posible teatro" |
Capilla de Santa Bárbara en Asipo (Asturias): Pista de skate (Iglesia Skate Chaos Temple) |
Iglesia de la Merced en Bilbao: Sala de conciertos y espacio cultural (Bilborock) |
Hospital psiquiátrico de Claybury (Londres): Centro deportivo Virgin Active (piscina en iglesia) |
Iglesia de la Compañía (Universidad de Santiago): Sala de exposiciones y conciertos |
Iglesia de San Juan Bautista en Alarcón (Cuenca): Espacio artÃstico patrocinado por UNESCO |
Iglesia dominicana de Maastricht: LibrerÃí (Dominicanen Bookstore) |
Basílica de los Santos Mártires Justo y Pastor en Barcelona: Casa de la Solidaridad de San Egidio (comedor para pobres en Navidad) |
Iglesia de Santa Ana en Barcelona: Alojamiento temporal para personas sin hogar (caso puntual) |
Iglesia del Hospitalet en Ibiza: Espacio de culto y cultural, luego sede de comunidad ortodoxa" |
Iglesia de la Sagrada Familia en Osnabrück (Alemania): Iglesia + columbario |

3.- El Profesor Andrea Longhi,
arquitecto e historiador de la arquitectura, abordó la perspectiva histórica y las directrices vaticanas de 2018. Explicó que la redundancia de iglesias no es un fenómeno nuevo y que la situación actual responde a múltiples factores como cambios demográficos, culturales y un alejamiento de los lugares físicos. Subrayó que el estudio de los valores históricos y culturales de los edificios es fundamental para su reutilización. Propuso considerar los espacios vacíos como «espacios de espera, espacios de esperanza». Destacó la necesidad de construir comunidad antes de pensar en el proyecto arquitectónico. Presentó la idea de la «pluralidad»: de los actores históricos (promotores diversos, ahora concentrados en parroquias), de los usos históricos (las iglesias siempre fueron espacios adaptativos, no solo litúrgicos), y del multiculturalismo actual. Identificó cuatro conceptos clave para el abordaje: resiliencia (capacidad de adaptación manteniendo elementos fundacionales), sostenibilidad (ambiental, social, económica, con el reto del mantenimiento ordinario), corresponsabilidad (pluralidad de promotores y usos con visión compartida), y planificación (visión unitaria para opciones ambiciosas). Planteó preguntas desafiantes sobre la conveniencia de la legibilidad de la antigua función religiosa en la reutilización, la ambigüedad entre usos culturales (museos, conciertos) y litúrgicos, y la viabilidad de la reversibilidad de las intervenciones (un dogma en restauración).
Artículo del autor: La reutilización eclesial de las iglesias en desuso: cuestiones históricas y críticas en el reciente documento del Consejo Pontificio para la Cultura (2018): https://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/25397/AARC_%20Vol.%2006_2019_art_15.pdf
Esquema de su conferencia en Santiago:
Panorama general sobre la desafección de templos
La pérdida de uso litúrgico de muchas iglesias afecta tanto a:
Las instituciones científicas (universidades, organismos de conservación)
Como a las comunidades religiosas y civiles. Cada una ve el problema desde su trinchera: unos piensan en piedras, otros en almas.
Desde una perspectiva laica
Desde la academia y el urbanismo:
Se teme que la despatrimonialización dañe la conservación de los templos.
Se busca equilibrar sostenibilidad social, económica y medioambiental.
Se pasa de ver el patrimonio como "un fin en sí mismo" a verlo como "un bien compartido".
Se introduce el concepto de "patrimonio inmaterial" (el significado espiritual de los lugares).
Desde una perspectiva eclesial
Desde la Iglesia:
Hay temor ante usos profanos o indignos de las iglesias desacralizadas.
A veces se cae en una sacralización laica que impide reutilizar espacios muertos.
Mantener templos inútiles drena recursos que se podrían usar mejor en evangelización y caridad.
Importancia de estudios y datos serios
El Vaticano promueve:
Estudiar cada situación sin dramatismos.
Entender que el abandono no es solo culpa de "la mala modernidad" sino de cambios sociales profundos: urbanización, caída de vocaciones, espiritualidad líquida...
Tenemos una enorme variedad de contextos
Cada caso debe analizarse en su contexto:
Iglesias rurales, urbanas, expropiadas hace siglos o recién cerradas, cada una tiene una historia única.
La transformación consciente necesita conocimiento de la historia y colaboración de científicos y eclesiales.
Documento de directrices vaticanas
No son leyes, sino orientaciones prácticas que cada conferencia episcopal debe adaptar a su realidad. Basado en disciplinas como:
Teología, arquitectura, derecho canónico, conservación del patrimonio, sociología, etc.
Propuesta metodológica
Primero valorar y crear comunidad.
Luego, planificar proyectos de reutilización respetuosos.
Hay que evitar el sentimiento de fracaso en las comunidades pequeñas.
Pluralidad de actores y usos
Antes había gremios, nobles, cofradías que mantenían iglesias. Hoy hace falta nueva creatividad comunitaria.
Las iglesias históricamente tuvieron usos múltiples: no solo liturgia.
Multiculturalismo actual
Hoy las comunidades cristianas en Europa son diversas (latinoamericanos, africanos, asiáticos).
Ellos pueden revivir iglesias cerradas, aunque no siempre conecten con el patrimonio histórico-artístico como los europeos de antes.
Cuatro palabras clave del documento
Resiliencia: Adaptarse sin perder identidad.
Sostenibilidad: Viabilidad social, económica y ecológica.
Corresponsabilidad: Todos (no solo los párrocos) deben implicarse.
Planificación: Visión estratégica, no improvisaciones.
Preguntas finales
¿Siempre es mejor que un templo siga pareciendo una iglesia?
¿Puede haber confusión entre un museo sacro y una iglesia viva?
¿Tiene sentido imaginar proyectos arquitectónicos reversibles?
Conclusión:
Longhi cierra con una reflexión preciosa:
Usa los iconos de los discípulos de Emaús: tras la tristeza y el abandono, Cristo sigue vivo aunque no lo veamos.
Una iglesia vacía no es el final: puede ser un espacio de espera, de resurrección futura.
🌟 En resumen:
El desafío actual no es llorar por las iglesias vacías, sino reconocer la presencia de Dios en la historia, reactivar la esperanza y buscar caminos nuevos para que esos espacios sigan dando vida, aunque de formas distintas.
4.- El Profesor Luigi Bartolomei,
especialista en patrimonio religioso y cultural, centró su intervención en el patrimonio de las comunidades de vida consagrada, un tema con un nivel de desarrollo menor y más fragmentado que el de las iglesias parroquiales. Presentó datos alarmantes sobre la disminución significativa de consagrados y consagradas en Europa (-45% a -50% en Italia/Europa), mientras que el número de «casas» religiosas disminuye en menor medida (-10% a -20%), lo que genera una notable infrautilización de los vastos complejos inmobiliarios. En el resto del mundo, la tendencia es inversa (aumento de personas y casas). Señaló que este patrimonio presenta fragilidades como la extrema fragmentación de propietarios, la gran amplitud de los complejos (la iglesia a menudo es menos del 50% del volumen) y su importancia urbana. La política prevalente para este patrimonio es la capitalización (alquiler), aunque las mujeres consagradas tienden a priorizar el «valor social». Propuso ver la reutilización como una «diaconía territorial», una oportunidad para la construcción de comunidad e integración social. Consideró que una iglesia cerrada es un «escándalo», ya que los bienes con un origen público (donaciones) deberían mantener una accesibilidad pública.
El Profesor Albert Gerards,
teólogo y coordinador del proyecto Transara, compartió experiencias recientes de reutilización en Alemania. Explicó que el proyecto Transara estudia el espacio sagrado como un «fenómeno social», donde el edificio interactúa con personas y acciones. La situación en Alemania se caracteriza por un exceso de iglesias construidas post-guerra y una pérdida masiva de miembros, proyectando cierres significativos. Mencionó un cambio de mentalidad, pasando de la ignorancia a la prioridad de la reutilización y la colaboración, aunque las decisiones a menudo aún no incluyen a las personas directamente afectadas. Subrayó que «las iglesias pertenecen a todos» y su nuevo uso debe beneficiar a la comunidad. Presentó categorías de reutilización basadas en experiencias: simultaneidad (diversos usos en el mismo espacio, como iglesias-librería o iglesias culturales), separación (división del espacio para distintos fines, como áreas litúrgicas separadas de zonas sociales o archivos), y acumulación (no definida explícitamente, pero presente en ejemplos como los columbarios, que se han convertido en una categoría creciente en Alemania, integrando espacios funerarios en iglesias activas o reconvertidas). Concluyó que hay innumerables posibilidades, pero «no existen soluciones patentadas», requiriendo cada caso una atención especial y la inclusión de la sociedad civil para encontrar soluciones creativas.
El debate final permitió profundizar en varios temas. Se habló del concepto de patrimonio como «paisaje cultural», integrando lo construido y lo natural, y la necesidad de diálogo con las preocupaciones contemporáneas de la sociedad (ecología, sostenibilidad, etc.). Se cuestionó el uso del término «redundante», percibido como negativo y que no refleja el esfuerzo de la Iglesia en el mantenimiento, contrastándolo con el abandono de edificios públicos por parte del Estado. Se debatió la viabilidad económica y la sostenibilidad a largo plazo de usos comerciales o culturales frente a la opción de la «ruina ordenada», vista por algunos como una solución estética y espiritual válida.
Finalmente, se planteó la posibilidad de que nuevas comunidades religiosas reutilicen el patrimonio de órdenes en declive. Si bien esta opción se consideró ideal, se señaló que en la práctica es difícil debido a la falta de adaptación de nuevas formas de vida religiosa a estructuras antiguas diseñadas para carismas específicos. No obstante, se presentaron ejemplos exitosos donde se encuentra una «utilidad semejante» a la finalidad original del edificio.
La jornada concluyó con la invitación a un almuerzo y visitas guiadas a la Iglesia de San Francisco y San Martín Pinario, ofreciendo una oportunidad para continuar el diálogo y la reflexión.
En el siguiente enlace se puede visualizar la Jornada íntegra:
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