Stephen Barr, emérito de Física en la Universidad de Delaware, especializado en física de partículas, presidente de la Society of Catholic Scientists (que tiene representación en España) y miembro de la American Physical Society,
AFIRMA QUE:
La comprensión de las leyes de la naturaleza, en la que tanto se ha avanzado en los últimos siglos, no perjudica la idea de un Dios Creador. Por eso el conflicto entre ciencia y fe es, sencillamente, inexistente. (nº 246 de enero de 2025 de Il Timone)
Stephen Barr es Medalla al Mérito (2007 por Benedicto XVI) y miembro de la Academia de Teología Católica.
Hay una Mente detrás de las leyes del Universo
Todos los grandes fundadores de la ciencia en los siglos XVI y XVII eran creyentes y muchos de los científicos más importantes del siglo XIX también eran devotos (como Faraday y Maxwell).
Sin embargo, fue a principios del siglo XX cuando el agnosticismo y el ateísmo se extendieron en la comunidad científica. Las razones fueron múltiples.
+El descubrimiento de la larga edad de la Tierra y de la vida en ella había puesto en duda las interpretaciones ingenuas de las Escrituras y sus cronologías.
+La evolución había puesto en tela de juicio el excepcionalismo humano.
+Y siglos de avances en física parecían demostrar (aunque ahora sabemos que esto es falso) que las leyes de la física eran rígidamente "deterministas", es decir, que todo acontecimiento físico está completamente determinado por causas físicas pasadas, sin dejar lugar a ningún efecto debido a realidades no físicas, como Dios o el alma humana.
Esto condujo en el siglo XIX al "materialismo" y al "fisicismo" filosófico, es decir, a la idea de que sólo existen entidades físicas y de que toda la realidad puede explicarse mediante las leyes de la física. ¿Qué podía entonces quedar por explicar a la religión o a Dios?
Legislador y ordenador
Conviene empezar preguntándose qué se pensaba en un principio que explicaba la existencia de Dios sobre el Universo físico. Si nos referimos a los grandes teólogos de la Iglesia primitiva, encontramos que daban unánimemente la misma doble respuesta: Dios es la causa de la existencia del Universo y de su orden.
El sutil error de Hawking
En sus últimos años de vida, el gran físico Stephen Hawking argumentó que las leyes de la mecánica cuántica y la gravedad son capaces de proporcionar una explicación natural del origen del Universo. Sin embargo, su razonamiento incurría en un simple, aunque quizá sutil, error.
Este error había sido señalado muchos años antes por un físico no menos brillante que Hawking. ¿Quién? ¡El propio Hawking!
En su bestseller de 1988, Breve historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros, Hawking observaba que cualquier teoría física no es más que un conjunto de reglas y ecuaciones y se preguntaba: "¿Qué es lo que da vida a las ecuaciones y construye un Universo que pueda ser descrito por ellas?".
Una opción siempre válida
¿Son el orden y la conformidad con las leyes del Universo una prueba de Dios?
La ciencia no ha minimizado esta cuestión. Lo que la física ha hecho, con sorprendente éxito en los cuatrocientos años que siguieron a Galileo, es descubrir cuáles son las leyes de la naturaleza, pero no ha abordado la cuestión fundamental de por qué el Universo tiene leyes.
Aquí tienes las ideas principales del texto en español:
Propósito y mensaje:
Menciona que, a pesar de los grandes desafíos culturales, sociales y religiosos actuales, el mensaje que quiere transmitir es de esperanza, no de desánimo, ante los problemas actuales del mundo.
El tema central es la necesidad de renovar la presencia de Dios en la cultura, debido a que muchas personas han perdido su fe.
Señala que muchas personas sienten que la fe está en declive en la sociedad, y es necesario un esfuerzo colectivo para renovar la presencia de Dios en la cultura. Esta renovación comienza con la fe individual.
Causas de la pérdida de fe:
Una razón principal es la creencia de que la religión es incompatible con la ciencia.
Estudios muestran que muchos jóvenes perciben un conflicto entre ambas.
Esta percepción incorrecta ha llevado a que muchos abandonen su fe, pues no encuentran argumentos que reconcilien ambas áreas.
Propaganda anti-religiosa:
El conflicto entre ciencia y religión ha sido promovido desde hace más de 200 años por propaganda anti-religiosa, que se intensificó en el siglo XIX.
Esta narrativa se popularizó con los libros de John William Draper ("Historia del conflicto entre religión y ciencia", 1874) y Andrew Dixon White ("Historia de la guerra entre ciencia y teología en la cristiandad", 1896), pero los historiadores actuales rechazan estas obras como carentes de valor.
Historia de la relación entre ciencia y religión:
LEn contraste con el mito del conflicto, los grandes científicos de la Revolución Científica, como Copérnico, Kepler, Galileo y Newton, eran personas religiosas.
La ciencia moderna no fue un desafío a la religión, sino que muchos científicos veían su trabajo como una forma de revelar la obra de Dios.
Además, varios sacerdotes católicos hicieron contribuciones fundamentales a la ciencia, como Georges Lemaître (teoría del Big Bang), Gregor Mendel (genética) y Nicolás Steno (geología).
Errores de los ateos:
Los ateos cometen un error filosófico al considerar que las explicaciones naturales y las sobrenaturales están en competencia.
Esta visión los lleva a creer que si algo tiene una explicación científica, entonces Dios no puede estar involucrado, lo que es un error conocido como el "Dios de los huecos".
La Iglesia enseña que Dios es el autor de la naturaleza, por lo que las explicaciones científicas no eliminan la acción divina, sino que la complementan. Dios actúa como la causa primaria, mientras que las leyes naturales son causas secundarias dentro del universo.
Evidencia de Dios:
Dios no es un ser visible físicamente dentro del universo; su evidencia proviene del orden, la estructura y la belleza del universo, similar a cómo un autor es reconocido por la existencia de su obra.
Los ateos suelen argumentar que no hay evidencia para creer en Dios, ya que no se puede observar directamente. Sin embargo, esto se debe a un malentendido de lo que es Dios.
La evidencia de Dios es similar a la evidencia de un autor en una obra literaria: no se encuentra al autor dentro de la historia, pero la existencia, el orden y la belleza de la obra revelan la presencia de una mente creadora.
Errores de la ciencia antigua:
En el pasado, la ciencia parecía contradecir varias creencias religiosas. Sin embargo, descubrimientos del siglo XX han demostrado que muchas de esas ideas estaban equivocadas.
Ejemplos de cómo la ciencia ha cambiado incluyen:
El origen del universo: Antes se creía que el universo era eterno, pero la teoría del Big Bang sugiere un comienzo definido.
El libre albedrío: La física clásica daba la impresión de que el universo era completamente determinista, pero la mecánica cuántica y la fineza de las leyes físicas muestran que no es así.
La importancia de la humanidad: Aunque antes se pensaba que el universo no estaba diseñado para la vida, hoy se reconoce que las leyes físicas parecen estar finamente ajustadas para permitir la existencia de seres vivos.
Matemáticas y diseño:
Las leyes físicas tienen una estructura matemática profunda, están fundamentadas en conceptos matemáticos extremadamente complejos y elegantes.
Algunos científicos han sugerido que esta estructura matemática apunta a la existencia de un diseñador o mente detrás del universo.
Aunque no todos los científicos religiosos coinciden en los detalles, muchos reconocen que la estructura del universo tiene características que generan asombro y reflexión sobre un posible Creador.
Acción necesaria:
Es importante difundir estas verdades para contrarrestar la desinformación y corregir los mitos sobre el conflicto entre ciencia y religión.
Se anima a los oyentes a visitar recursos como el sitio web de la Sociedad de Científicos Católicos para obtener más información.
Todos pueden contribuir a este esfuerzo, ya sea compartiendo recursos educativos o informando a las nuevas generaciones sobre la verdadera relación entre fe y ciencia.
Menciona sitios web como el de la Sociedad de Científicos Católicos y otros institutos, donde se puede encontrar material educativo sobre estos temas.
Una vez le preguntaron al astrofísico de Harvard Abraham (Avi) Loeb si era religioso. Respondió: "No lo soy, [pero, N. del A.] me llama la atención el orden que encontramos en el Universo, la regularidad, la existencia de las leyes de la naturaleza. Es algo que siempre me ha intrigado: las leyes de la naturaleza que encontramos aquí en la Tierra parecen aplicarse hasta los confines del Universo. Es realmente sorprendente. El Universo podría haber sido caótico y estar muy desorganizado. De hecho, la física ha revelado que estas leyes se basan en ideas matemáticas de tal profundidad y sutileza que desafían a las mentes humanas más grandes. Esto no hace sino reforzar la idea de una Mente detrás de esas leyes. Éste es sólo un ejemplo. Hay muchas otras razones para creer en Dios que tienen que ver con la realidad y están fuera del alcance de la ciencia física. Como dijo el gran matemático John von Neumann: 'Probablemente hay un Dios'. Muchas cosas son más fáciles de explicar si existe que si no existe".
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