Oración inicial para todos los días
Oh San José, castísimo esposo de María Santísima y padre-virgen del Niño Jesús; deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, me postro a vuestros pies para exponeros mis necesidades y solicitar vuestros paternales cuidados. En mis aflicciones dadme paz, serenidad, tranquilidad y la confianza en Dios que vos tuvisteis en las grandes perplejidades de vuestra vida.
Meditación día 11/marzo
En San José vemos la santidad más excelente después de la Santísima Virgen.
En primer lugar por causa del ministerio de San José, que está íntimamente unido a la Persona de Nuestro Señor Jesucristo y a María, la Madre de Dios. Además, durante casi treinta años tuvo un trato diario con Dios hecho hombre, pudiendo suplicarle lo que necesitaba y aprender de Él los misterios más elevados de la Fe.
También, San José recibió la altísima misión de ser el jefe de la Sagrada Familia y, por el hecho de haberla cumplido del modo más perfecto, está colocado por encima de todos los otros santos. Fue y es aún el hombre de confianza de la Trinidad a quien le fueron confiados sus más bellos tesoros: Jesús y María.
Si tal es la consideración que Dios tiene en relación a él, podemos ponderar cual sea su poder de intercesión en relación a nosotros, sus hijos.
Oración final
Oh Glorioso San José, el Padre Eterno os confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra la Sagrada Familia. Protegednos también a nosotros, que pertenecemos como miembros vivos a la familia de vuestro Hijo que es la Santa Iglesia.
Alcanzadnos los bienes materiales necesarios, y sobre todo los auxilios espirituales para la vida eterna, especialmente estas tres gracias: la de no cometer ningún pecado mortal; la de una gran devoción a Jesús y María; y la de una buena muerte.
Concedednos, además, la GRACIA que os pedimos en esta novena. (Pídase la gracia que cada uno desee obtener).
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