El 27 de enero de 2025, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia al Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, y autorizó al Dicasterio a promulgar el Decreto de correspondiente al martirio de los Siervos de Dios Pedro de Corpa y IV Compañeros, religiosos de la Orden de los Hermanos Menores, asesinados por odio a la fe en el territorio de la actual Diócesis de Savannha -USA- en 1597.
Tras terminar el proceso diocesano para la beatificación de fray Pedro de Corpa y sus compañeros, los 'Mártires de Georgia', el padre Giovangiuseppe Califano, postulador de la causa, paso el proceso al estudio por el Dicasterio romano.

Los cinco Venerables Siervos de Dios, originarios de España, respondieron generosamente a la llamada del Señor para evangelizar a los pueblos de América, hasta la donación de sus propias vidas. A finales del siglo XVI, estos cinco franciscanos españoles pasaron a convertirse en mártires de la Iglesia por defender la santidad del matrimonio. Su valentía y dedicación siguen siendo una manifestación del compromiso por una causa mayor, inspirando a perseverar en la defensa de las convicciones de fe y a no temer «a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma» (Mt 10, 28).
Fr. Pedro de Corpa, nació en la pequeña aldea de Corpa, diócesis de Madrid-Alcalá, hacia el año 1560. Era sacerdote de la Provincia de los Frailes Menores de Castilla. En 1587 se embarcó rumbo a Florida. Atendió a la población guale en la aldea de Tolomato (cerca del actual Darién). Entre las poblaciones indígenas de estas tierras estaba vigente la poligamia: en la práctica pastoral, los franciscanos habían optado por administrar el bautismo a un adulto gual sólo cuando éste se había comprometido en matrimonio monógamo. La crisis llegó cuando un joven guerrero llamado Juanillo, cristiano bautizado y casado, decidió tomar una segunda esposa. La situación era delicada porque Juanillo, nieto del jefe de la tribu, iba camino de tomar el mando de la aldea. Juanillo rechazando las exhortaciones de Fr Pedro de Corpa sobre sus compromisos bautismales, abandonó la misión y conspiró con otros nativos de la región interior para eliminar al fraile. En los primeros días de septiembre de 1597, unos guerreros atacaron a Fr. Pedro de Corpa en su choza, lo mataron a golpes de hacha y ultrajaron su cuerpo. El odium fidei pronto se dirigio contra los otros cuatro frailes menores que trabajaban en la misma zona, en diferentes poblciones.
Fr. Blas Rodríguez de Cuacos, nació en la villa de Cuacos (Cáceres - España), entre 1550 y 1560. Fue sacerdote de la Provincia Alcantarina de los Hermanos Menores de San Gabriel. En 1590 partió para la misión de Florida y en ese momento trabajaba en la aldea de Tupiquí, cerca de la actual Eulonia. En la labor misionera, compartió la postura contraria a la poligamia. Cuando se enfrentó a la hostil banda de rebeldes, consciente de su muerte inminente, pidió que se le permitiera celebrar su última misa. Después de misa, a mediados de septiembre, fue bárbaramente asesinado con un golpe de hacha. Su cuerpo fue abandonado en el bosque y devorado por las fieras.
Fr. Miguel de Añón, presbítero de la Provincia de los Frailes Menores de Castilla cumplía su misión en la isla de Santa Catalina, junto con el religioso laico Fr. Antonio de Badajoz. La fecha de su nacimiento en Zaragoza es incierta. Se enfrentó a la tortura, precedida de muchas torturas, junto al hermano Fr. Antonio. Su cuerpo fue enterrado junto al del otro fraile en la capilla del pueblo.
Fr. Antonio de Badajoz, religioso laico de la Provincia Alcantarina de los Frailes Menores de San Gabriel nació en L'Albuera, cerca de Badajoz. Después el estallido de la revuelta, el jefe de la tribu de la isla de Santa Catalina intentó advertirle del peligro inminente, pero no aceptó, prefiriendo permanecer en la misión con Fr. Miguel de Añón.
Fray Francisco de Veráscola nació el 13 de febrero de 1564 en Gordejuela, de familia vasca, ingresó en la provincia franciscana de Cantabria y partió para la misión de Florida en 1595. Aquí se le encomendó la nueva misión de la isla de Asao, actual San Simón, frente al actual pueblo de Brunswick, Georgia. Su imponente estatura y su fuerza física le valieron el apodo de “el gigante cántabro”. Esto le hizo popular entre los jóvenes gualés, con los que competía en lucha, juegos de pelota y “soplando” lanzas. En el momento de la muerte de sus compañeros, no se encontraba en la misión, sino que había viajado en canoa hasta San Agustín para recoger material necesario para la capilla. Al desembarcar de Asao, imediatamente fue atacado por los rebeldes que lo matarón de un hachazo.
La causa de beatificación de este grupo de mártires franciscanos, apoyada por el episcopado de Estados Unidos, se inició en la diócesis de Savannah en 1981, siendo Postulador general del Orden de los Hermanos Menores Fr. Antonio Cairoli OFM.
Una historia de dedicación al evangelio
A finales del siglo XVI, cinco franciscanos españoles pasaron a convertirse en mártires de la Iglesia por defender la santidad del matrimonio. Su valentía y dedicación siguen siendo una manifestación del compromiso por una causa mayor, inspirando a perseverar en la defensa de las convicciones de fe y a no temer «a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma» (Mt 10, 28).
Los frailes solían instruir a los candidatos al bautismo sobre la enseñanza de Cristo acerca de la unidad e indisolubilidad del matrimonio. En este contexto, un joven converso llamado Juanillo, quien aspiraba a convertirse en jefe de los guale, expresó su deseo de tomar una segunda esposa. Fray Pedro le aconsejó que desistiera de su intención, advirtiéndole que, si persistía, los frailes no apoyarían su aspiración de liderar. Descontento con el consejo, Juanillo se unió a un grupo de paganos guale.
El 14 de septiembre de 1597, mientras fray Pedro salía de su choza para celebrar la misa de la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, fue atacado y asesinado a golpes. Su cabeza fue decapitada y colocada en una estaca en el desembarcadero de la misión. Juanillo decidió así eliminar a todos los «frailes molestos», como él los denominaba, que obstaculizaban su deseo de tener múltiples esposas.
Blas fue asesinado dos días después, el 16 de septiembre, mientras que Miguel de Añon y Antonio de Bádajoz fueron capturados y asesinados al día siguiente. El último en morir fue Francisco de Veráscola, quien fue capturado mientras regresaba de un viaje a San Agustín sin saber nada de la rebelión.
«Los mataron, en concreto, porque no consentimos que ningún cristiano casado tuviera más de una esposa. Por esa misma razón, y no por otra, fue decapitado Juan el Bautista, pues había reprendido a Herodes por la misma razón».
La oración de los mártires
Oh Señor Jesucristo, recompensa el celo apostólico de Fray Pedro de Corpa y sus cuatro compañeros, Blas, Miguel, Antonio y Francisco, quienes trabajaron por el bienestar espiritual del pueblo indígena Guale de Georgia, y entregaron su vida en testimonio de la fe cristiana.
Por sus méritos e intercesión, concédeme el favor que humildemente te pido, para que así su heroico sacrificio pueda ser oficialmente reconocido por la Iglesia para la gloria de Tu Santo Nombre. Amén.
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