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En tierra de Zabulón. Homilía de R. Barron.

Domingo III. T.O. 2023. Año A.

La paz esté con vosotros.

Este año litúrgico estamos leyendo el Evangelio de Mateo y Mateo está escrito para una audiencia judía y, por esta razón, vemos cómo, una y otra vez, Mateo cita a Jesús dentro de un contexto de Antiguo Testamento. Utiliza el texto del AT para explicar Quién es Jesús y qué está haciendo ahora.


En nuestras lecturas para este fin de semana la liturgia yuxtapone este pasaje de Mateo con un pasaje paralelo de Isaías. Mateo narra que Jesús se retiró a Galilea y dejando el pueblo de Nazaret se fue a vivir a Cafarnaún, junto al lago, en territorios de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera la palabra del profeta.

El Profeta Isaías cuenta que Zabulón y Neftalí, al otro lado del mar de Galilea, la Galilea de los paganos, el pueblo que habitaba en tinieblas, vio una gran luz: Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.


El Antiguo Israel estaba dividido en 12 tribus o territorios, que tuvieron su origen en los 12 hijos de Jacob; en el límite Norte, Más allá del mar de Galilea, está esta tierra de zabulón y Neftalí, dos de los hijos de Jacob.


Esa es la tierra que fue invadida por los asirios en el siglo noveno antes de Cristo. Sabemos mucho sobre el exilio de Babilonia, cuando las tribus del sur fueron llevadas a Babilonia. Pero antes que eso, alrededor de un siglo y medio antes, hubo una invasión de Asiria, conquistando el territorio del norte, de estas dos tribus.


Cuando el profeta describe la tierra de Zabulón y Neftalí como el pueblo que habitaba en tinieblas, usa una descripción muy antigua que se retrotrae a esta invasión.

Isaías dice que ese pueblo, gobernado por extranjeros, que habitaba en tinieblas, Zabulón y Neftalí, han visto una gran luz.


Imagínate sufrir un exilio, estos poderes extranjeros llegan a tu tierra, la conquistan, incendian las ciudades, destruyen sus campos, y si tienes suerte de sobrevivir eres acarreado, probablemente encadenado, llevado a una tierra extranjera, donde eres retenido, como un prisionero. Este es un destino horrible. Es lo que le sucedió a las tribus del Norte. Por eso es una tierra ensombrecida por la muerte.


Isaías anuncia que una luz resplandeció. Dios hará algo grandioso para revertir estos reveses.


El profeta Ezequiel narró la corrupción del templo, que se ha vuelto tan grande que la gloria del Señor ha abandonado el templo. Esto es impactante, porque el templo era el centro de la vida judía, el lugar donde habitaba Dios, en lugar más sagrado de la tierra. Y el profeta dice que la presencia de Dios se ha marchado y abandonado el templo.


Ezequiel anuncia también que, un gran día, el shekhiná -la gloria del Señor- regresará a su templo, lo rehabitará y el templo será renovado y del costado del templo renovado fluirá agua para la renovación de todo el mundo.

Llegará el día en que el templo será restaurado, tenemos la gran promesa del profeta Natán que el linaje de David perduraría para siempre. La promesa de que Dios no abandonará a David y que alguien de su linaje se sentará en el trono para siempre.

Mateo está escribiendo para una audiencia judía y está asumiendo que su audiencia conoce estos textos y estas referencias.


Cuando Jesús ingresa en el atrio del templo declara su corrupción, pues ha sido invadido por un ejército enemigo de Dios- derriba las mesas de los cambistas, promete derribar este lugar y reconstruirlo en tres días refiriéndose al templo de Su Cuerpo. En Cristo la gloria de Dios regresa al templo. Y como dijo Ezequiel, del costado de Cristo – templo saldrá el agua de la vida.


Nazaret era un pueblito de poca entidad pero está justo allí, en la región Norte en la tierra de Zabulón y Neftalí. Como dijo Natanael: "¿De Nazaret puede alir algo bueno?". E Isaías anunció que en esa tierra resplandecerá una gran luz sobre los que vivían en tierras de sombras.

Jesús ha llegado a este país del Norte. Para devolver a Dios esta tierra de Zabulón que somos cada uno de nosotros. Restaurando la LUZ, devolviendo el corazón de su pueblo a Dios.


La historia de la humanidad es la historia de Zabulón y Neftalí: opresión y violencia, ambición, egoísmo, poderosos sacando ventaja de los débiles, y muchos de nosotros, pecadores, nos ubicamos del lado de los ejércitos opresores de diferentes modos. Pero incluso en lo más oscuro de nosotros mismos, la luz de Dios resplandece hoy, pues estás aquí para recibir a Cristo-Sacramento, para reencotrar tu fe en la comunidad.


La LUZ del Mundo, desde un comienzo, comienza a traer hacia él discípulos, seguidores, aprendices, aquellos que batallarán con él. Para llevar la LUZ a los lugares en sombra, que a su vez, seremos LUZ para los que conviven con nosotros.


Te invito, de parte de Cristo, a situarte en el ejército ganador. En el evangelio de hoy, Jesús comienza a llamar a sus primeros discípulos, para enviarlos como LUZ a las naciones.

Une tu vida a la LUZ-CRISTO, Conviértete en seguidor y discípulo. Haz brillar la luz que Jesús ha puesto en ti, en la oscuridad de tu alrededor.

No te separes de la LUZ, de los sacramentos, de su iglesia, de la oración, de la Palabra, busca la luz de CRISTO, PARA SER LUZ. Pon a CRISTO-LUZ en el centro de todas tus decisiones.

Dios te bendiga.




El Domingo 3° TO celebramos el GRAN DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS.


El Papa Francisco instituyó esta Jornada como "EL DOMINGO COMPLETAMENTE DEDICADO A LA PALABRA DE DIOS".


Se nos invita a leer y escuchar con alegria, la Palabra de Dios, que nos muestra el CAMINO DE LA SALVACIÓN. Leer y escuchar la Sagrada Escritura para practicar la misericordia, es un gran desafío para nuestra vida.


El destino de la Palabra de Dios es que se cumpla, que nos haga felices: "DICHOSOS LOS QUE LEEN Y CONOCEN LA PALABRA DE DIOS, Y LA VIVEN CADA DÍA".


Por eso verás la Biblia expuesta ante el ambón.

TE invito a tener la biblia expuesta también en casa.





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