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¿Qué es una bóveda de arcos ovales

Foto del escritor: Fray DinoFray Dino

Reconoces esta bóveda en nuestra iglesia?

Dirías que es renacentista? tardogótica? gótica?


Entre las nuevas bóvedas que se desarrollan en el bajo gótico hispano se encuentran las de crucería oval.

Son bóvedas en las que los arcos diagonales, en lugar de semicircunferencias, son arcos de tres centros (óvalos). En principio, podrían calificarse como bóvedas rebajadas, aunque en ocasiones, en sus arranques, pueden peraltarse y alcanzar una altura en la clave central similar al de una bóveda normal.


En este tipo de bóvedas, solamente los arcos diagonales y los perpiaños son óvalos completos, las curvaturas del resto de los arcos (terceletes y formeros), suelen ser una porción de la mitad del arco oval que describe la diagonal, así que,

por simetría, estos arcos son arcos apuntados de cuatro centros: arcos Tudor.


Tercelete o arco tercelete1​ es cada uno de los nervios —o arcos— de una bóveda de crucería compleja —propias del Gótico tardío— que va desde cada uno de los ángulos de apoyo —donde se une con los nervios o arcos diagonales— hasta las claves secundarias de la bóveda

Formero: Cada uno de los arcos perimetrales en que descansa una bóveda.


Ventajas:

+son bóvedas rebajadas, lo cual significa que al alcanzar menos altura que una bóveda tradicional, permite limitar la altura general del edificio y con ello su coste. +son bóvedas de superficie relativamente plana en su coronación, lo que posibilita determinados diseños de nervios más complejos, de difícil ejecución sobre superficies curvas más acentuadas.

+el uso de arcos ovales permite estandarizar en gran medida la traza de los nervios. Este ingenioso uso de los dos fragmentos del óvalo permite que, en ocasiones, con las dos curvas que forman el óvalo diagonal se pueda resolver el resto de las nervaduras que conforman la bóveda.


Veamos un caso de este tipo de bóvedas realizado por uno de los arquitectos bajomedievales más creativos y sorprendentes del gótico español. Se trata de la bóveda que el arquitecto Juan de Álava construyó en el claustro del monasterio de San Esteban, en Salamanca hacia 1533:


La bóveda tiene planta cuadrada y consta de cinco claves. Los terceletes (2), como puede verse en la figura, se sitúan en la posición de la diagonal entre el crucero y el formero; ya conocemos la forma en la que se fijaba la posición de esta clave mediante la circunferencia circunscrita y la recta 1-0 que, al cruzarse con el eje, determina el punto 2.

La bóveda, en su centro, luce un combado circular cuyo diámetro lo determina la longitud 2-3, es decir, la distancia que separa la clave de tercelete y la del formero. Por último, tiene en las esquinas cuatro combados en cuarto de circunferencia cuya medida parece venir determinada por la alineación A-B-C; es éste un combado abierto, es decir, destinado a conectarse con el de la bóveda contigua y a producir un encadenamiento de nervaduras muy característico de este arquitecto.

Al analizar la traza de los arcos, constatamos inmediatamente que la clave del arco diagonal queda por debajo del arco de medio punto teórico; este arco es, por tanto, un arco rebajado que ha de trazarse con tres centros.


Es evidente que el tercelete y el formero podrían ser arcos apuntados diferentes entre sí, pero es mucho más ventajoso construirlos con el mismo nervio diagonal, y conseguir con ello que los tres arcos que constituyen esta bóveda tengan sus radios de curvatura iguales.


La bóveda, al ser rebajada, presenta una cumbrera achatada que permite colocar la rosca circular en su cúspide logrando que este combado describa su circunferencia sin excesivas fragmentaciones. Lo mismo sucede con el combado de esquina que, gracias a que los tres arcos de la bóveda son el mismo óvalo, puede describir una circunferencia continua y horizontal.





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