23 oct
13 sept
13 sept

El P. Barron reflexiona sobre las lecturas de 1 Timoteo y Amós, mostrando cómo juntas ofrecen una visión equilibrada de la doctrina social de la Iglesia sobre el poder político y económico.
Inspirados por Nietzsche y Foucault, muchos ven el mundo dividido en opresores y oprimidos.
Así se tiende a demonizar todo poder como negativo.
Pero la Biblia no comparte esta visión reductiva.
Pablo pide orar por reyes y autoridades (1 Tim 2,1-4).
El poder político tiene un propósito bueno:
Garantizar tranquilidad y paz para que las personas puedan florecer.
Defender la dignidad de cada ser humano.
Crear condiciones para la libertad religiosa y la educación.
El poder participa de la autoridad de Dios y, por eso, en la liturgia se ora por los gobernantes.
Conclusión: el poder no es malo en sí mismo, puede ser un instrumento de bien común.
Amos denuncia a quienes pisotean a los pobres y se aprovechan de ellos.
Critica:
La explotación económica (balanzas trucadas, sistemas injustos).
La actitud de considerar la religión como un estorbo para los negocios.
Hoy también existen sistemas sofisticados que benefician a unos pocos a costa de los pobres.
La doctrina social de la Iglesia:
Afirma la economía de mercado, pero pide que esté orientada a incluir y elevar a los más débiles.
El poder económico debe generar inversión y oportunidades para todos, no solo riqueza personal.
León XIII recordaba: “Lo que sobra después de cubrir lo necesario pertenece a los pobres.”
Ni el poder político ni el económico deben ser demonizados.
Ambos han de estar animados por el amor y puestos al servicio del prójimo.
En Dios se unen poder y amor de manera perfecta:
Todo poder legítimo debe inspirarse en ese modelo.
El poder, político o económico, es bueno cuando se ejerce como participación en la autoridad amorosa de Dios.👉 Clave de la doctrina social de la Iglesia: “Que todo poder que ejerzas sea siempre animado por el amor.”

Introducción: la espiritualidad de alto octanaje Comparación con el joven rico: cumplir los mandamientos es bueno, pero no basta. Imagen...

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