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2025.12.08 Fiesta de la Inmaculada, patrona de nuestra Orden.

La palabra Eva procede del hebreo חַוָּה (Javvá / Havváh).

La raíz hebrea ח־ו־ה / ח־י־ה está relacionada con 'vivir' o 'dar vida'. En el mundo bíblico, los nombres son una misión. Dios creó a la mujer como tierra que da vida, no está hablando de una mujer en concreto, sino de la mujer, de todas las mujeres. Eva es la “madre de los vivientes”.

(Gn 3,20: “El hombre llamó a su mujer Javváh porque ella fue la madre de todos los vivientes.”

María tiene una misión inseparablemente unida a la de Cristo. La tradición ha visto en Ella a la Nueva Eva, aquella que acompaña al Nuevo Adán en el inicio de la nueva creación.

Así como la primera humanidad se fracturó por la desobediencia de Adán (todos los hombres) y Eva (todas las mujeres) , la nueva humanidad se inaugura por la obediencia de Cristo y por la cooperación singular de María.

Por eso la Iglesia, con creciente claridad a lo largo de los siglos, ha reconocido que la Inmaculada no es solo la Madre de Dios, sino también la Mujer asociada al Redentor en la restauración del género humano.


La lógica de la nueva creación: si hay un nuevo Adán, debe haber una nueva Eva

San Pablo enseña que Cristo es el “último Adán”, principio de la humanidad renovada. Los teólogos cristianos desde los primeros siglos afirman que si hay un nuevo Adán, María es la nueva EVA (tierra que da VIDA)


El “protoevangelio” de Génesis 3,15 anuncia no solo la victoria del Mesías, sino también la presencia de una Mujer asociada a Él en la lucha contra el mal. La tradición patrística, desde san Ireneo hasta san Efrén, reconoció en esta Mujer a María, cuya misión es la misión de Cristo.


La Inmaculada Concepción: fundamento de la misión de María

En María aparece, por primera vez, la criatura reconciliada, capaz de decir “sí” sin sombra de pecado. Ella es el primer fruto de la redención, anticipada por los méritos de Cristo y preparada para acompañarlo en su misión.


La antigua Eva cooperó en la desobediencia que introdujo el pecado en el mundo. De modo análogo —pero en sentido inverso y superior—, María coopera en la obra de la obediencia redentora de Cristo. Su colaboración no compite con la acción del Redentor, sino que deriva enteramente de Él y permanece subordinada a su sacrificio.

Recientemente la Iglesia ha pedido no llamar a María Corredentora, para evitar pensar que la devoción a María es alternativa a Cristo en nuestra salvación.

En la cruz, Cristo instituye a María como madre nuestra. Su unión con Cristo es tan íntima que la tradición no duda en afirmar que, si Adán y Eva fueron corresponsables en la caída, Cristo y María aparecen como los dos principios visibles de la nueva humanidad reconciliada.


1. Los primeros siglos: amor a María, pero sin definición

Desde muy pronto los cristianos reconocieron la santidad singular de la Virgen. Padres de la Iglesia como San Efrén o San Agustín hablan de su pureza excepcional, pero nadie se atreve aún a precisar si esa pureza era total “desde el principio” o fruto de la acción de Dios a lo largo de su vida.


2. Edad Media: admiración… y debates intensos

A partir del siglo XII aparece la fiesta de la Concepción de María en algunos lugares, pero los teólogos están divididos. Santo Tomás de Aquino, por ejemplo, afirmaba la santidad perfecta de María, pero dudaba de que fuese preservada desde el primer instante del pecado original, porque parecía restar algo a la universalidad de la redención de Cristo.


3. Juan Duns Scoto (s. XIII): la jugada decisiva

El franciscano Scoto formula su argumento luminoso: Potuit, decuit, ergo fecit.

  • Dios podía preservarla del pecado original.

  • Convenía hacerlo, por la dignidad de la Madre del Salvador.

  • Luego Dios lo hizo, por los méritos anticipados de Cristo.

Con esto, Scoto logra unir máxima pureza de María y máxima gloria para Cristo. Su pensamiento se vuelve la clave que la Iglesia irá asumiendo poco a poco.


4. Del siglo XIV al XVII: la devoción se expande

La tesis de Scoto prende como fuego santo. Franciscanos, universidades, ciudades enteras y órdenes religiosas adoptan la defensa de la Inmaculada.Mientras tanto, la liturgia va consolidando la fiesta y el pueblo cristiano, con su intuición sencilla y teológicamente muy profunda, abraza con pasión esta verdad.


5. Siglo XIX: la Iglesia discierne y se confirma unánimemente

El siglo XIX trae un clima de discernimiento más sistemático. Obispos de todo el mundo piden al Papa que declare dogma la doctrina que ya vive en el corazón del pueblo. La teología está madura, la liturgia lo celebra, el sensus fidei lo abraza.


*6. 1854: «Ineffabilis Deus» — El gran sí de la Iglesia

El 8 de diciembre de 1854, el beato Pío IX proclama el dogma de la Inmaculada Concepción:

“Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original… es revelada por Dios”.

7. 1858 en Lourdes: el Cielo lo confirma de manera sencilla

Cuatro años después, la Virgen se presenta a Bernardita diciéndole: “Yo soy la Inmaculada Concepción.”Como quien dice: “Sí, hijos, habéis entendido bien”.


INVITACIÓN: Martes 9 de diciembre | 20:00h:



En la parroquia de S. Francisco hay muchos grupos —BoaxenTe, Emaús, Medjugorje, Effetá, Cafarnaúm, ...— que son puntos de encuentro para sostener la llama encendida, en los que se os invita a implicaros en vuestras parroquias, y ayudar a vuestros párrocos, allí donde vivís, especialmente en las fiestas grandes como esta.

Por eso, mañana, martes 9 Dic, un día de feria, pero como colofón a la novena de la Inmaculada, convocamos a TODOS, personas y grupos, a una celebración CONJUNTA, Eucaristía a las 20:00h y después una Acción de gracias a Dios por María Inmaculada y un momento de Adoración.

Convocamos especialmente a todos los grupos y a toda la comunidad parroquial. Será un momento hermoso, sereno y lleno de gracia y FRATERNIDAD.


Martes 9 Dic. ⏰ Misa: 20:00 hOración a María y Adoración: 20:30 h

Estáis todos invitados. No faltes. El nunca pierde la ocasión de sorprendernos.


Hoy celebramos con alegría la fiesta de la Inmaculada Concepción, el mayor regalo de Dios a la Iglesia. Es día de precepto, así que os animamos a cuidar vuestra parroquia participando en la misa allí donde vivis vuestra fe. Es probable que tu parroquia también tenga hoy horario de domingo. (En SFco celebraremos misa a las 11,12,13 y 20:00) Felzi Día


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