Dos objetivos para este curso

Fraternidad y Eternidad.

Paz y bien.

Me gustaría proponer a todos los grupos y personas de la parroquia dos objetivos para este año. Vivimos en la parroquia una situación de discernimiento sobre lo que quiere Dios para nosotros y a través de nosotros.

Dios nos está regalando mucha vida, muchos grupos y espacios de oración y de servicio, una fraternidad franciscana muy bonita, Pero en medio de esta vida veo la necesidad de cuidar el cuidarnos mutuamente todos a todos, para saber lo que debemos seguir haciendo y lo que debemos comenzar a hacer en un entorno que vive, y tantas veces nosotros mismos vivimos, un ateísmo práctico, cuyos dioses reales son nuestras preocupaciones más humanas.

Por eso quiero incidir en dos objetivos para unir todo lo que somos y lo que hacemos:

1.- FRATERNIDAD.

Nuestro cimiento franciscano. Que todos os sintáis responsables de todos.

El lema de la catequesis de este curso va a ser GRACIAS POR EXISTIR, para abrir nuestros ojos a todo lo bueno que Dios ha puesto en cada persona. Todos conocéis la historia que contó San Francisco sobre la verdadera Alegría.

En una noche de duro invierno, helados de frio y con el hábito lleno de carámbanos que les herían las piernas, Francisco cuenta a fray León que la verdadera alegría no está en las glorias de este mundo, los éxitos, o en que los reyes y nobles de la tierra llamen a nuestra puerta, sino en la confianza en Dios que ellos debían tener si esa misma noche llegasen al convento y el hermano portero les dijera: no os queremos con nosotros, somos ya tantos y tales que no os necesitamos, pues sois simples e ignorantes.

Si ante ese desprecio conservamos la paz porque confiamos en Dios: esa es la verdadera alegría. Francisco no contó esa historia para dejarla escrita, sino para fortalecer al hermano León, que aquella noche estaba derrumbado y lleno de miedos. Francisco se hizo fuerte para León, para proteger su alma y su fe.

Os pido a todos ser como San Francisco para todos los que caminen a tu lado.

Os pido cuidar especialmente a los que llegan, a los que pasan, a los que vienen un día, a los que vienen solos, concoer a los grupos que no conocéis, acoger a todos de parte de San Francisco y sostenernos mutuamente en la vocación de cada uno.

2.- El segundo objetivo lo expreso con una frase de San Francisco, que dijo a todos tras lograr la indulgencia de la Porciúncula: “quiero llevaros a todos al paraíso”. El mundo y tantas veces nosotros también, celebramos las alegrías y los éxitos del mundo, celebramos a los poderosos, celebramos lo que nos beneficia; pero el cielo celebra a los humildes, a los arrepentidos y a los sencillos que confían en Dios.

Os pido que este año, como nos pidió Jesús, perdonéis setenta veces siete, permanezcáis atentos a la palabra, cuidéis los sacramentos, elijáis el amor y la coherencia diaria, A Cristo en lugar de la conveniencia, y servir a los demás en vez de a uno mismo.

Vivir el evangelio al pie de la letra para dar testimonio de que nuestra meta es el cielo, y, como decía San Francisco, si necesitáis usar las palabras, que sean sencillas. Paz y bien.

https://www.youtube.com/shorts/t7Rp23YaQS8

*fraternidad*, nuestro valor cimiento de todo lo que vivimos

*Eternidad*: que nuestra vida refleje realmente que batallamos por ganar el cielo

Paz y bien.