La imagen de los Santos Mártires Franciscanos y Maronitas de Damasco (+1860), encargada por la Postulación General OFM con motivo de la canonización solemne del 20 de octubre de 2024, es obra gráfica del ilustrador Andrea Pucci, a quien se debe, entre otras cosas, el gran ciclo iconográfico de los santos que decora el interior de la parroquia romana de los Santos Fabián y Venancio.
Los santos mártires de Damasco están representados como una fraternidad en torno a la Eucaristía. Los santos hermanos Massabki vivieron una relación de familiaridad y estrecha colaboración con los religiosos, siendo Francisco procurador del convento, Mooti educador en la escuela de los muchachos, Rafael disponible para cualquier necesidad.
San Manuel Ruiz, superior del convento, con estola roja, sostiene la píxide con la Sagrada Comunión , que es el centro de la composición. Por las actas del martirio sabemos que la noche del 9 de julio de 1860, ante el mayor peligro, todos los que eran presentes en el convento - frailes y seglares - se reunieron en la iglesia para rezar, confesarse y comulgar y encontrar fuerzas en la Eucaristía. Cuando los asesinos irrumpieron en el convento, el padre Manuel Ruiz se dirigió rápidamente al sagrario para consumir las especies eucarísticas restantes. Allí, a los pies del altar, cayó víctima del odium fidei.
A la derecha de la composición, junto a San Manuel Ruiz, se encuentra San Carmelo Bolta, vicario de la comunidad, mostrando la cruz de Jerusalén identificativa de la Custodia de Tierra Santa y, arrodillado, San Pedro Soler, uno de los hermanos más jóvenes de la comunidad.
A la izquierda de la composición, los tres santos hermanos Massabki, Francisco, mostrando el escudo del Patriarcado Católico Maronita, San Mooti con la palma y San Rafael, el más joven de los tres, con las manos cruzadas como recuerdo de su amor a la oración.
Rodeando a las figuras del primer plano se encuentran todos los demás mártires franciscanos, a cada uno de los cuales se ha intentado atribuir un parecido lo más cercano posible a su fisonomía real, refiriéndose a retratos auténticos - para Engelbert Kolland, Nicanor Ascanio y Juan Jacobo Fernández- o a imágenes de culto realizadas tras su beatificación en 1926, y según sus edades respectivas. Como enriquecimiento decorativo y casi a modo de letanía, los nombres de cada uno están escritos en caracteres latinos, correspondientes a sus respectivas figuras.
Para el fondo de la composición se ha elegido el color del cielo, mientras que en la parte inferior, tomada de antiguas fotografías del siglo XIX, se reproduce la ciudad de Damasco, lugar del martirio y comunidad sobre la que los santos mártires ejercen su especial protección.
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