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02F: Las Candelas. Presentación de los niños al Señor.

Actualizado: 3 feb 2023

El próximo jueves, 2 de febrero, en la misa de 20:ooh celebraremos la fiesta de las Candelas.


Que conmemora que a los cuarenta días de nacer Jesús, María y José subieron con el Niño para presentarlo en el Templo de Jerusalén, como estaba marcado por la Ley de Moisés. Allí el anciano Simeón lo tomó en brazos y lo anunció como luz de salvación para todas las gentes.


Vosotros, padres y familias, estáis invitados a acercaros este dia al templo a presentar a vuestros hijos a Dios para que Dios vaya conduciendo sus vidas y cuideís la LUZ de la fe que recibieron en el bautismo, y que va creciendo a la medida de vuestra oración y de vuestro testimonio y el de toda la parroquia.


CONVOCAMOS expresamente a todos los NEOBAUTIZADOS desde el 1 de enero de 2022 hasta hoy,
a todos los niños que deseen recibir esta bendición
y a todos los aultos que quieran presentarse como niños.


Si venís, tras la lectura del evangelio pediremos a todos los niños acercarlos al altar y los bendeciremos con una humilde oración y con óleo recién bendecido ante la imagen de Jesús, Divina Misericordia, de Vilnius.


Si estáis en casa os invitamos a rezar

el Padrenuestro a las 20:30h.





Jesús, Divina Misericordia. VILNIUS
Jesús, Divina Misericordia. VILNIUS



FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

Nota: Como ahora es Fiesta del Señor, ya no directamente de la Virgen, esta celebración del 2 de febrero reemplaza al Domingo del Tiempo Ordinario en caso de coincidir ambos el mismo día. – Si cae en días entre semana, puede suprimirse una de las dos primeras lecturas.


UNA LUZ PARA ALUMBRAR


Saludo (Ver segunda lectura) Jesús compartió nuestra misma carne y sangre para poder ser completamente como los hombres, sus hermanos, y, compasivo y digno de confianza, para expiar por nuestros pecados. Que este Señor, Jesús, esté siempre con vosotros.


MONICION desde el ambón Hemos venido hoy para celebrar juntos la Fiesta de la Presentación del Señor. Es una fiesta de alegría por la esperanza que este niño trae a la gente -de todas las edades y culturas- : Aquí está el futuro, aquí está el presente de la salvación: Dios ha guardado su promesa de vida y de perdón. Pero hay también una tristeza en esta fiesta: El niño trae una misión que le causará un gran dolor y requerirá la entreg de su vida entera. También a su madre le causará grandes alegrías y grandes sacrificios.

Que las velas encendidas en nuestra manos sean signo de acoger en vuestra vida la LUZ de Jesús, y que queremos llenar de esta LUZ toda nuestra vida. “luz para alumbrar a las naciones y gloria de Israel"


I. BENDICIÓN DE LAS CANDELAS

Roguemos para que el Señor encienda nuestros corazones con un fuego santo para seguir a Jesús, nuestra Luz. (Pausa) Oh Dios, Padre nuestro: Tú eres la luz verdadera. Cuando tú hablas, la oscuridad da paso a la luz del día, el mundo refleja tu resplandor, y podemos vivir en la luz de tu amor. Date a conocer a nosotros mientras portamos en nuestras manos estas candelas, y haz nuestros rostros resplandecientes con tu gloria. Haznos hijos de la luz, líbranos de la oscuridad del pecado y llévanos a tu luz eterna por medio de aquel que es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida y la luz del mundo, Jesucristo, nuestro Señor.


(Aspersión de las candelas con agua bendita)


ENCENDEMOS LAS CANDELAS AL CIRIO PASCUAL


Procesión ¡Marchemos en paz para encontrar al Señor!


CANTAMOS: Enciende una luz.


II. MISA En la Misa con bendición de candelas, no hay acto penitencial después del canto de entrada, sino que la Misa continúa con el Gloria y la oración colecta. En otras Misas del día sin bendición de candelas, se podrá usar el siguiente acto penitencial.


Acto Penitencial Nosotros nos hemos visto ofuscados a veces por “luces” mundanas, diferentes de Cristo, que es la verdadera Luz.Le pedimos ahora al Señor que nos perdone. (Pausa)

Señor Jesús, que tu luz nos guíe en el camino hacia el Padre: R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo Jesús, irradia sobre nosotros la luz de la verdad y de la sabiduría del Espíritu: R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, que la luz de tu misericordia reúna a todas las naciones en tu amor: R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Ten misericordia de nosotros, Señor, y perdona nuestros pecados. Que caminemos siempre en la luz de Cristo hasta que nos lleves a la vida eterna.


Oración Colecta Roguemos para que con Jesús, nuestra luz, partamos resueltamente por el camino de la auténtica renovación. (Pausa) Oh Dios y Padre nuestro: Es difícil para nosotros decir adiós a todo lo que nos es seguro y familiar: nuestros hábitos rutinarios, nuestra auto-complacencia, nuestras certezas y nuestras prácticas habituales. Nos ofrecemos ahora con Jesús, nuestro Señor, presentado en ofrenda en el templo de Jerusalén, y te pedimos fortaleza para seguir su luz. Ayúdanos a aceptar, con él, las inseguridades de la auténtica conversión, y a llevar a todos los que nos rodean la luz y el calor de tu Hijo. Que éste sea el sacrificio agradable que te ofrecemos hoy juntamente con Jesucristo nuestro Señor.


Liturgia de la Palabra

Primera Lectura (Mal 3,1-4): El Salvador te Purificará El Salvador vendrá a su templo, es decir, vivirá en medio de su pueblo, para purificar nuestros corazones. Entonces nuestras ofrendas agradarán a Dios.

Segunda Lectura (Heb 2,14-18): Jesús se Hizo como Nosotros para Ayudarnos Jesús se hizo humano como nosotros para comprendernos, para ser uno con nosotros en nuestras pruebas y sufrimientos, para hacernos libres para Dios y para los hermanos.

Evangelio Lc (2,22-40): La Luz Ilumina a los Que la Aceptan. Los que esperan con fe la venida de Dios le reconocerán incluso en sus humildes apariencias. Pero seguir a Cristo es con mucha frecuencia bien exigente.


HOMILIA.

En oriente, la fiesta se llama del Hypapante, es decir, del encuentro, recordando el encuentro de la Sagrada Familia con los ancianos Simeón y Ana en el templo.

El pueblo de Israel que esperaba al Mesías y, en parte aún no se ha enterado de su venida y sigue esperándolo.

¿Quién no se conmoverá al leer cómo el anciano Simeón, yo mismo, “que esperaba el consuelo de Israel", se emociona y rompe en alabanzas al tener en brazos ese consuelo?


Bendición de los niños con Óleo de la Divina Misericordia de Viulnius.


Oración de los Fieles . Oremos juntos a Jesús, nuestro comprensivo y confiable sumo sacerdote, que puede ayudar a todos nuestros hermanos y hermanas, y digámosle: R/ Acógenos, Señor, en tu luz y en tu amor.

  1. Para que nuestro Señor acoja a todos los niños, aun cuando nadie se los presente, y que en algún momento de sus vidas se les haga presente y le reconozcan como Señor. roguemos al Señor. R/ Acógenos, Señor, en tu luz y en tu amor.

  2. Para que el Señor acoja a los padres de todos los niños de esta ciudad, aun cuando no hayan querido llevar a sus hijos hacia él, roguemos al Señor. R/ Acógenos, Señor, en tu luz y en tu amor.

  3. Para que el Señor acepte a los ancianos (como Simeón y Ana), aun a los que no hayan reconocido todavía al Salvador y no hayan encontrado la auténtica paz, roguemos al Señor. R/ Acógenos, Señor, en tu luz y en tu amor.

  4. Para que el Señor acoja a todos los hombres, aun a los que no sean conscientes de las riquezas que Cristo les ofrece y de la felicidad que ha preparado para ellos, roguemos al Señor: R/ Acógenos, Señor, en tu luz y en tu amor.

  5. Para que el Señor acepte a todos los cristianos, aun cuando hayan fallado en hacer brillar su luz a todas las naciones, roguemos al Señor: R/ Acógenos, Señor, en tu luz y en tu amor.

  6. Por todos los religiosos y consagrados a Dios, apra que siempre tengan la certeza del inmenso amor de Dios por ellos. Oremos. R/ Acógenos, Señor, en tu luz y en tu amor.


Señor, acoge nuestra oración en este santo lugar, en nuestro templo, a donde tú has venido (como en Jerusalén) para encontrarnos. Muestra tu amor a todos los que acabamos de presentarte, a ti, nuestro Dios y Señor, por los siglos de los siglos.


OFRENDA:

+Señor, concédeme la gracia de verte en mis hijos. Danos Tu corazón para amarlos y tu ternura para ayudarlos a crecer. Concédenos Tu sabiduría para guiarlos y Tu fortaleza cuando necesitemos dejarlos ir, y que siempre vayan por tus caminos. Amén.

+ Recuérdanos Señor que Tu amor es más grande que cualquier trabajo o cualquier problema. Que todo momento ofrezcamos todo sacrificio por la santidad de nuestros hijos y para la gloria de Dios. Para que en todas nuestras palabras y obras reflejemos ante ellos la luz de tu amor. Amén

+ Padre Celestial, ayúdanos a recibir siempre con brazos abiertos a nuestros hijos, con el mismo amor que tú nos recibes cuando te hemos dejado a un lado. Danos tu toque de amor para saber compartir con ellos sus preocupaciones, siempre con la sabiduría del evangelio en nuestra palabra. Fortalécenos en nuestras debilidades. Amén

+ Jesús, ayúdanos a recordar que mientras no te perdamos de vista a Ti Señor, todas nuestras ansiedades desaparecerán sabiendo que Tu amor es más grande que cualquier dificultad. Amén


Oración sobe las Ofrendas Señor Dios, Padre todopoderoso y amoroso:Tú haces brillar tu luz en nuestra oscuridad; tú nos das a tu Hijo Jesucristo y nos permites participar en su propia ofrenda. Acéptanos con nuestras medias verdades y nuestros esfuerzos borrosos para buscar tu voluntad. Purifica nuestra fe en las pruebas de la vida. Que nuestra ofrenda ahora sea grata a tus ojos por Jesucristo nuestro Señor.


Introducción a la Plegaria Eucarística Jesús fue presentado y ofrecido en el Templo de Jerusalén. Con él, y con María y José, nos ofrecemos ahora para ser, con y como Jesús, luz para nuestros hermanos y hermanas.


. Padre Nuestro


Líbranos, Señor Líbranos, Señor, de la tiniebla del pecado y que la luz de tu amor y tu paz brille sobre nosotros, tu pueblo. Purifica a tu Iglesia para que dé testimonio de la luz del evangelio en un mundo roto por el materialismo y la mentira, por la miseria y la injusticia, por los conflictos y por las guerras. Que tu luz agradable nos empuje adelante en alegría y esperanza, mientras trabajamos por la plena venida entre nosotros de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. R/ Porque tuyo es el reino…


Invitación a la Comunión Este es Jesucristo, el Señor, que es la luz que vino a este nuestro mundo para iluminar a todos los hombres. Dichosos los invitados a la cena del Señor. R/ Señor, no soy digno…


Oración después de la Comunión Oh Dios y Padre nuestro: Tú expresaste tu poderosa palabra: “¡Hágase la luz!” a un mundo sumido todavía en tinieblas, y hubo luz. Tú nos has hablado con tu Palabra viva, Jesucristo ente nosotros y hay luz en nuestras mentes y corazones. No permitas que guardemos esta luz de Jesús escondida bajo la sombra de nuestra mediocridad, sino que brille en nuestras palabras y en nuestras obras, para que iluminen los pasos de todos los hombres que buscan la verdad. Te lo pedimos por aquél que es la luz y la estrella que guía nuestras vidas: Jesucristo nuestro Señor.


ENTREGA DE LA ROSA y SAGRADA FAMILIA a los neobautizados.

Se acercn los niños con sus padres.


Bendición Hermanos: Hemos visto hoy la luz verdadera que ilumina nuestras vidas. Ésta es la luz a la que seguimos como guía de todo lo que hacemos. Porque con esta luz vemos el camino y la meta adonde nos dirigimos y adonde nos llevará. ¡Que esa luz brille sobre nosotros y en nosotros! Y que todos la vean y la sigan. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.




Iglesia santa, esposa bella,

sal al encuentro del Señor,

adorna y limpia tu morada

y recibe a tu Salvador.


Abre tus brazos a María,

Virgen Madre del Redentor,

puerta del cielo siempre abierta

por la que vino al mundo Dios.


¿A quién sostienes en tus manos,

dinos, anciano Simeón,

por qué te sientes tan alegre?

«Porque ya he visto al Salvador.


Este Niño será bandera

y signo de contradicción,

con su muerte, traerá la vida,

por la cruz, la resurrección.»


Jesús, el hijo de María,

es el Hijo eterno de Dios,

la luz que alumbra a las naciones

los caminos de salvación.


La Virgen Madre ofrece al Niño

como una hostia para Dios;

la espada de la profecía

atraviesa su corazón.


Honor y gloria al Padre eterno,

y al Hijo eterno que engendró,

y que, por obra del Espíritu,

de la Virgen Madre nació. Amén.


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