23 oct
13 sept
13 sept

Comparto una conferencia de Fray Martín Carbajo, y os invito a verla todos los responsables de todos los grupos de la parroquia, para crecer en nuestro servicio de liderazgo. Y os comparto un resumen para los que tengáis menos tiempo:
Todos somos líderes: liderazgo = influencia para el bien, no sólo quien tenga algún cargo, todos somos referencia para otros. .
San Francisco y las criaturas: relación humilde y dialogante; no impone, escucha.
“Padres”, no; “madres”, sí: el único Padre es Dios. El superior ha de cuidar y nutrir como una madre.
La regla es vida: antes que norma jurídica, es un modo de vivir el Evangelio (la “vida” aparece mucho más que “regla”).
Dos modelos de liderazgo:
Transaccional: piramidal, control, tareas, incentivos/multas, corto plazo; sofoca creatividad y pertenencia.
Transformacional/transformativo: circular, participativo, empodera, inspira el porqué (visión, carisma, misión) y cambia también estructuras (Doctrina Social: subsidiariedad).
Empieza por el “porqué” (Sinek): luego el cómo y al final el qué. Si empiezas por el “qué”, te pierdes el alma del carisma.
Motivaciones:
Intrínsecas (ideales, sentido, fraternidad) vs extrínsecas (premios, dinero, multas).
Efecto desplazamiento: los incentivos pueden matar la motivación interna.
Ejemplos: pagar por donar sangre ↓ donaciones y calidad; pagar a niños por ayudar → “¿y por el perro, cuánto?”; multas en guarderías → más retrasos.
Paradoja de la felicidad (Easterlin): más bienes ≠ más felicidad estable (cinta hedónica). Bienes relacionales (familia, amistad, espiritualidad) sí sostienen el bienestar.
Recompensas, mejor simbólicas: reconocimiento auténtico que refuerza lo intrínseco (tipo “Nobel”), no control encubierto.
Economía civil/franciscana: frente al utilitarismo (“business is business”), poner en el centro personas, vínculos y bien común.
Perfil del líder franciscano: ministro y siervo, humilde, acompaña, fomenta autonomía, confía y corrige con caridad; fraternidad como forma de gobierno.
Reuniones: abre siempre con el porqué (carisma/visión), luego cómo, termina con qué concreto.
Formación y voluntariado: menos zanahoria y palo; más testimonio, sentido y pertenencia.
Reconocimiento: agradece públicamente, celebra logros; evita “premios–precio” por todo.
Autoridad materna: cuida, nutre, sostiene; corrige como quien acompaña, no como quien domina.
Subsidiariedad: define ámbitos de autonomía; que la gente decida y cree, no sólo “ejecute”.
Vocaciones: entusiasma con el ideal; evita “captarlas” con ventajas materiales.
Cultura fraterna: lo relacional antes que lo funcional; la pertenencia retiene más que la eficiencia.
En una frase: menos “control y resultados”, más Evangelio, fraternidad y propósito. Cuando encendemos el porqué, el cómo y el qué se ordenan… y la gente florece.

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