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10 cosas que debes saber del cardenal John Henry Newman y por qué merece ser Doctor de la Iglesia

“Dios me ha creado para una tarea concreta. No la conoceré en esta vida, pero me la dará a conocer en la siguiente. Tengo una misión.”


León XIV, el Papa de lengua inglesa, será quien proclame entre los Doctores de la Iglesia a San John Henry Newman (1801-1890), un clérigo anglicano, intelectual en Oxford, cuyo estudio de la Historia de la Iglesia le acabó llevando al catolicismo en una época en que hacerse católico en Inglaterra significaba formar parte de una minoría mirada con desdén.


La Iglesia Católica tiene miles de santos, pero solo 36 hombres y mujeres tienen el título de Doctor de la Iglesia. El Papa Francisco proclamó sólo a uno: el místico armenio San Gregorio de Narek, hace diez años, en 2015. Benedicto XVI proclamó sólo a dos: el sacerdote español San Juan de Ávila en 2012 y su compatriota, la abadesa alemana Santa Hildegarda de Bingen, en 2012.


Newman era un prestigioso clérigo e intelectual anglicano cuando en 1845, con 44 años, lo dejó todo y se hizo católico. Su ejemplo cundió: en pocos años, unos 300 ingleses más, incluyendo varios de alto nivel social y cultural, adoptaron el catolicismo. Muchos lo hicieron a través del Oratorio de Birmingham que creó, inspirado en el de San Felipe Neri. El joven J.R.R.Tolkien, autor de El Señor de los Anillos, es uno de los jóvenes ingleses que se formó en ese entorno de oratorianos discípulos de Newman. 


¿Por qué Doctor de la Iglesia?

Porque su vida y pensamiento siguen siendo fuente de luz para los creyentes de hoy, especialmente allí donde la fe necesita dialogar con la cultura, la razón y la experiencia personal.


El cardenal John Henry Newman (1801–1890) es una de las figuras más influyentes del cristianismo moderno. Su próxima proclamación como Doctor de la Iglesia —uno de los mayores reconocimientos en la Iglesia católica— subraya la profundidad y actualidad de su pensamiento. Propongo a toda la parroquia concoer algo más de este hombre para entender su legado y por qué merece ese título:


1. De anglicano a católico: un camino de fidelidad a la verdad

Newman fue primero sacerdote anglicano y líder del Movimiento de Oxford, que buscaba renovar la Iglesia anglicana desde sus raíces patrísticas. Tras años de estudio y discernimiento, se convirtió al catolicismo en 1845, mostrando una búsqueda sincera y valiente de la verdad, sin miedo a las consecuencias personales.


2. Un pionero del pensamiento teológico moderno

Su obra "Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana" sentó las bases para comprender cómo la doctrina puede crecer sin traicionar su núcleo. Esta idea fue clave para el Concilio Vaticano II y sigue siendo central en la teología contemporánea.


3. El papel de la conciencia

Newman defendió la conciencia como "el primer vicario de Cristo", afirmando que debe ser obedecida con rectitud. En tiempos de relativismo y confusión moral, su visión resalta la necesidad de una conciencia bien formada y en diálogo con la verdad revelada.


4. Educador y fundador universitario

Fundó la Universidad Católica de Irlanda (antecesora de la University College Dublin) y escribió la célebre obra "La idea de una universidad", donde defendió una formación integral del estudiante, uniendo fe y razón, ciencia y teología.


5. Profundo lector de los Padres de la Iglesia

Newman rescató el valor de los Padres de la Iglesia en la teología moderna. Su estudio de san Atanasio, san Agustín y san Justino lo llevó a ver la continuidad entre la Iglesia de los primeros siglos y el catolicismo romano.


6. Un teólogo con visión profética

Anticipó muchos temas tratados en el Concilio Vaticano II, como el papel de los laicos, el desarrollo doctrinal, la libertad religiosa y el ecumenismo. Su pensamiento abrió caminos que décadas más tarde serían reconocidos oficialmente por la Iglesia.


7. Espiritualidad profunda y cristocéntrica

Newman vivió una espiritualidad centrada en Cristo, expresada en su oración personal y en sermones profundos. Frases como “Dios me ha creado para una tarea concreta” reflejan su confianza en la Providencia y su amor personal a Dios.


8. Autor prolífico y estilo literario refinado

Escribió obras teológicas, filosóficas, ensayos, poesía y sermones. Su estilo claro, elegante y profundo lo hace accesible y atractivo para lectores modernos, tanto creyentes como no creyentes.


9. Un puente entre la fe y la razón

En un siglo marcado por el racionalismo y el escepticismo, Newman mostró que fe y razón no son enemigas, sino aliadas. Su “Gramática del asentimiento” ofrece una comprensión filosófica de cómo se forma el acto de fe en el corazón humano.


10. Un santo moderno para tiempos modernos

Canonizado por el papa Francisco en 2019, Newman es un santo cercano al mundo universitario, a los conversos, a los buscadores de verdad, a los intelectuales creyentes. Su vida muestra que la santidad es compatible con el pensamiento profundo y la cultura contemporánea.


11. Un modelo de diálogo ecuménico

Aunque se convirtió al catolicismo, Newman nunca dejó de valorar lo que había vivido en el anglicanismo. Su actitud respetuosa y su aprecio por la verdad en otras tradiciones cristianas lo convierten en un pionero del ecumenismo, en una época en que era muy poco común.


12. La centralidad del amor a la verdad

Para Newman, la verdad no es solo una idea, sino una Persona: Cristo mismo. Su vida es un testimonio del amor a la verdad por encima del prestigio, de la comodidad o del reconocimiento social. Su lema como cardenal lo resume bien: "Cor ad cor loquitur" (el corazón habla al corazón).


13. La importancia del papel del laico

Antes incluso de que la Iglesia reconociera el papel de los laicos en el Concilio Vaticano II, Newman ya hablaba de ellos como parte esencial de la vida de la Iglesia, llamados a vivir su fe en el mundo con responsabilidad y coherencia.


14. Una vida de prueba y purificación

Tras su conversión, Newman vivió años de incomprensión, sospechas y aislamiento, tanto por parte de católicos como de anglicanos. Pero su perseverancia en medio de estas pruebas lo purificó y lo hizo más semejante a Cristo. Es un modelo de santidad silenciosa y sufrida, no triunfalista.


15. Influencias duraderas en el pensamiento católico

Su pensamiento ha influido directamente en grandes figuras del siglo XX como Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), Henri de Lubac, Jacques Maritain, Frank Sheed y muchos más. Su huella está presente en la renovación teológica de la Iglesia contemporánea.


16. Un testimonio de integridad intelectual

Newman nunca fue dogmático en el mal sentido; se enfrentó a preguntas difíciles, dudó, buscó y se dejó cuestionar. Esto lo hace un interlocutor creíble para los hombres y mujeres de hoy que buscan una fe razonable sin sacrificar la inteligencia ni la honestidad.


Conclusión:

Newman fue un gran pensador, y un testigo del Evangelio en tiempos de crisis intelectual y religiosa. Su elevación como Doctor de la Iglesia reconoce que su enseñanza tiene valor universal, perenne y formativo para la vida cristiana de hoy. Un verdadero maestro del corazón y de la mente.


En los años 60 del siglo XIX, el famoso novelista y polemista inglés Charles Kingsley acusó en la prensa a Newman de falsedad y duplicidad por haberse hecho católico. Newman se volcó en responder argumentadamente: así escribió Apologia pro vita sua, toda una autobiografía intelectual que repasa su pensamiento durante 30 años y muestra que ser coherente con ese pensamiento le llevó al catolicismo. Es un libro que han bebido con fruición miles de conversos desde entonces.

El proceso de conversión duró, efectivamente, tres décadas, de reflexión, oración y estudio. Ante todo, sus estudios patrísticos y su trabajo como historiador le llevaron a la convicción de que la "Iglesia primitiva", la que Cristo fundó, la de los Padres de la Iglesia y los Apóstoles, era la Iglesia Católica unidad al heredero de Pedro, el Papa en Roma. "Se unió a la Iglesia católica simplemente porque creía que solo ella era la Iglesia de los Padres"


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En época de Newman, muchos anglicanos y protestantes (y también hoy algunos ortodoxos) acusaban a la Iglesia católica de haber añadido al "depósito" primitivo de la fe novedades, que consideran adhesiones y corrupciones.

Newman responde que más bien son "desarrollos" legítimos y necesarios.


Newman, con cierto humor, dijo que la Iglesia constituye "un Comité Apostólico permanente, para responder a las preguntas que los Apóstoles, al no estar aquí, no pueden responder, sobre lo que recibieron y predicaron" (Carta del 20 de octubre de 1871 a Richard Hutton, Cartas y Diarios, XXV).

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