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Sexto domingo de Pascua. 2023.

Nos estamos aproximando al final del tiempo de Pascua,

Nos aproximamos a la gran fiesta de Pentecostés, la venida del Espíritu Santo.

La Iglesia nos da un breve anticipo de Pentecostés al hablar sobre el Espíritu. Y en las tres lecturas escuchamos descripciones de la obra del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, es el Espíritu que anima la vida de la Iglesia. Espíritu Santo es el alma del Cuerpo Místico. Es el principio que anima al Cuerpo Místico. Las lecturas de hoy nos dan algunos indicios de su obra.


Cinco signos del Espíritu Santo.


1: "Nos sentimos movidos a hablar y anunciar".

En la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles, Felipe baja a la ciudad de Samaria y les proclama a Cristo.

Ahora, en primer lugar, ¿por qué está yendo allí?

Debido a la persecución que sobrevino luego de la ejecución de Esteban.

Una breve lección: Cuando algo va realmente mal, incluso cuando va muy mal en vuestras vidas, en vez de decir: “Bueno, este es un sufrimiento terrible, inútil”, decid “¿Qué busca Dios?

¿Cómo puedo ver esto como una señal de la providencia de Dios?”.

A causa de la persecución en Jerusalén, los apóstoles y discípulos fueron enviados a todo el mundo.

Observad cómo Dios puede utilizar incluso al mal para sus propósitos.

Prestad atención a Felipe proclamándoles a Cristo.

Este es el primer signo del Espíritu Santo: discurso audaz, proclamación en elnombre de Cristo.

En nuestra sociedad occidental moderna, es una especie de convención social de no hablar mucho públicamente sobre religión. Mejor guárdatelo para ti.

Te toleraremos, pero no salgas públicamente con tu religión y tus puntos de vista porque eso va a causar problemas.

Así que aprendemos desde temprano: "no hables de religión en el espacio público". FElipe les proclamó a Cristo.

Desde Felipe y Pedro y Santiago y Juan, todo el recorrido hasta hoy, las personas llenas del Espíritu Santo no pueden guardarse a Cristo para ellos.

Tienen que hablar.

Cuando Pablo dice, “Ay de mí si no predicara el evangelio”, es como que estuviera prendido fuego por dentro. No podía guardárselo para él. Tenía que proclamar a Cristo.


¿Un signo entonces de que el Espíritu Santo está activo en ti?

Sí, los Juan Pablo II y los Billy Grahams y aquellos que están formalmente a cargo de proclamar a Cristo. Pero es para todos. También eres tú.

Toda persona bautizada, ha sido inundada por el Espíritu Santo, así que el discurso audaz es uno de sus signos en vosotros.


2.- El Espíritu Santo, por definición, expulsa los espíritus malvados.

Recuerda, el Nuevo Testamento es muy claro sobre esto.

No todos los espíritus son espíritus santos. Estamos envueltos, de hecho, en una guerra espiritual. Existen creaturas, estos ángeles, y realidades de lo alto, algunas de las cuales han caído. Así como hay gente buena y gente mala, así también hay ángeles buenos y ángeles malos.

Bueno, estos espíritus oscuros, malignos realizan su obra en el mundo. Y podría contarles historias sobre exorcistas que he conocido que les pondrían la piel de gallina.

Me refiero a que, estos espíritus típicamente trabajan mediante la tentación y mediante la insinuación y así.

Y todos lo sabemos. Combatimos contra poderes que podemos ver, pero también combatimos contra poderes que no podemos ver.

Si el Espíritu Santo está en ti, él se deshace de esos espíritus oscuros.

Hay una especie de poder expulsivo en el Espíritu Santo. Si se instala en ti, entonces estos otros espíritus tienen que huir.

Escuchad esto: “De muchos poseídos salían los espíritus inmundos, lanzando gritos”. Bueno, eso es lo que sucedió cuando Felipe proclamó audazmente a Jesucristo.

Cuando Felipe, lleno del Espíritu Santo, proclama, viene el Espíritu Santo y entonces expulsa a los poderes oscuros.

Uno de los signos del Espíritu es la huida de esta tiniebla.


3.- Alegría existencial

Relacionado con esto, entonces:

“habían oído hablar de los milagros que hacía y los estaban viendo . . . entonces se despertó una gran alegría”.

El Espíritu Santo produce efectos milagrosos.

Pero claramente, desde el Nuevo Testamento hasta el día de hoy, uno de los signos del Espíritu Santo son las señales y milagros extraordinarios.

Pablo habla de profecía y de sabiduría y don de lenguas.

Y ciertamente, desde la época de Pablo hasta el presente, esas son realidades en la vida de la Iglesia.

Una de las señales del Espíritu son las manifestaciones milagrosas.

Algo que he notado, que me resulta muy interesante —si revisan la historia de la evangelización desde el Nuevo Testamento hasta el presente-, a menudo la evangelización inicial de un pueblo o una nación viene acompañada por signos milagrosos. Y pueden ver por qué.

Alguien llega a un país donde nunca oyeron hablar de Jesucristo, y ciertamente, supone predicación y enseñanza, pero a veces te preguntas, ¿Qué fue lo que captó primero su atención?

Ya sea Patricio en Irlanda, sea Bonifacio en Alemania o quien sea.

Cuando alguien fue a evangelizar por primera vez. O piensen en los misioneros que fueron a lugares de África en el siglo XIX.

¿Qué fue lo que llevó a la gente a decir, “Sí, voy a escuchar a esta persona”?.

Bueno, hay un montón de testimonios a lo largo de la tradición sobre signos milagrosos, curaciones y maravillas y demás, que acompañaron a estos primeros evangelizadores.

Estas señales, la expulsión de poderes oscuros, la manifestación milagrosa del Espíritu, estos son indicadores.


Este es un tercer signo del Espíritu, y de algún modo ya he aludido a él. Dice, “despertó gran alegría en aquella ciudad” luego de la proclamación de Felipe. La alegría es la principal bandera del Espíritu Santo.

La alegría es la principal bandera del Espíritu Santo.

En la coronación del Rey Carlos III, cuando el monarca está en la residencia en el Palacio de Buckingham, izan el estandarte sobre el edificio.

Es el signo de que el rey, el monarca, está allí.


La alegría es la bandera que flamea sobre el hogar de alguien en quien habita el Espíritu Santo.

Existen otras señales, otros indicadores, pero el más claro es la alegría.

Podrán estar bien en la vida moral, o podrán estar bien en muchas cosas, o siguen las instrucciones de la Misa de la forma correcta, y todo eso está bien.

Pero la señal del Espíritu Santo es la alegría. He conocido algunos santos en mi vida, un puñado de personas que pienso son verdaderos santos.

Esa es la señal.

La piedad y todo lo demás que podamos decir, pero lo principal es su propia alegría, que se vuelve radiante y contagiosa. Y saben de lo que hablo.

Cuando están con alguien y se van sintiéndose más vivos, ese es el signo del Espíritu Santo en esa persona.

Cuando han capturado su misma alegría, el Espíritu Santo está por allí. Estad atentos a eso en vuestras propias vidas. Esa es la señal de que el Espíritu habita en vosotros.


4.- Dispuestos a dar razón de vuestra esperanza

En la segunda lectura, que es de la primera carta de Pedro, hay una gran frase: “Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza”.

Es la exhortación principal con relación a lo que llamamos apologética.

Se necesita mucho actualmente.

Cuando la gente tiene preguntas sobre la fe, se están marchando de la Iglesia y se preguntan, hacen preguntas.

Pedro les dice a sus seguidores y a nosotros: “Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza”.

Así que si eres un Cristiano, estás lleno del Espíritu Santo.

Tienes todas estas diversas habilidades y convicciones, y alguien te pregunta: “Ey, ¿de qué va todo eso? ¿De dónde viene?”.

“Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza”.

Pienso que forma esta cuarta señal de la presencia del ES: la curiosidad intelectual sobre la fe.

Si el Espíritu está en vosotros el Espíritu de Jesús está dentro de vosotros, querrás saber tanto como puedas sobre Jesús.

Estarás fascinados por Él.

Estarás enamorado de Él.

Y entonces estarás deseoso de averiguar todo lo que puedas.

Es por eso que John Henry Newman dice que una de las señales de la doctrina ,cuando se desarrolla apropiadamente, es la curiosidad intelectual.

Si de pronto estuviera como, “No me interesa, no hago ya más preguntas, soy indiferente a ello”, entonces la Iglesia se estaría volviendo corrupta en su fe.

La curiosidad intelectual te conduce a leer y a estudiar y a hacer una lectura meditada y a comprender la fe con mayor profundidad —ese es un signo de que el Espíritu Santo está obrando en vosotros.


5.- Amar de corazón

¿Puedo darles una más? Y la guardo para lo último.

Es la más importante, y me estoy respaldando aquí en el gran texto del Evangelio.

Durante el tiempo de Pascua, leemos a menudo el Evangelio de Juan y estas manifestaciones maravillosas del Señor, la noche antes de morir y luego el Señor resucitado hablando a sus discípulos.

Y encontramos esto:

Jesús les dice a sus discípulos:

“Si me amais, cumpliréis mis mandamientos . . . Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él”.

El Espíritu Santo es el Espíritu de Jesús enviado por el Padre y el Hijo, el principio que da vida a la Iglesia.

Por lo tanto, el Espíritu Santo es el espíritu de amor.

Tanto amó Dios al mundo, el Padre tanto amó al mundo, que envió a su único Hijo para que todos pudiéramos ser congregados en el amor que Dios es.

¿Quién es el Espíritu?

El Espíritu es el amor que conecta al Padre y al Hijo, el amor al que hemos sido invitados.

Por lo tanto, la señal de las cinco que he mencionado, la señal más importante del Espíritu Santo, es el amor.

¿Qué es el amor?

Tomás de Aquino lo sacó de la gran tradición: amar es desear el bien del otro.

De todos los otros. de Todos.

Es eso.

Esa es la señal del Espíritu Santo.

Ey, podrás tener todas las cosas que mencioné y eso es genial.

Son todas geniales.

Pero si no tienes esta, no tienes el Espíritu Santo.

Es por eso que Pablo puede decir que hay tres cosas que perduran, fe, esperanza y amor, pero la más grande de ellas es el amor.

Podría tener suficiente fe para mover montañas, dice Pablo, pero si no tengo amor, soy nada.

Es eso. Es eso.

Esa es la señal del Espíritu Santo, es el amor.

Me acuso a mí mismo ahora, pero muchas personas religiosas podemos tener muchas cosas buenas, pero si no hay amor en nosotros, entonces el espíritu que habita en nosotros no es el Espíritu Santo.

Es cualquier otra clase de espíritu. Esa es la señal, desear el bien del otro.

Juan de la Cruz dice, “En el atardecer de la vida seremos juzgados en el amor”.

Quiero decir, a eso se resume todo.

¿Qué clase de vida he vivido?

Oh, obtuve esto y aquello. Obtuve este título y tuve estos amigos y estas conexiones. Si, sí, ¿a quién le importa? ¿A quién le importa?

¿Amaste?

¿Estuvo tu vida signada por el deseo del bien al otro?

Ese es el signo principal del Espíritu Santo.



¿Qué tal entonces esas cinco?

Las personas llenas del Espíritu, proclaman al señor con audacia.

Las personas llenas del Espíritu a menudo manifiestan signos.

Las personas llenas del Espíritu tienen alegría.

Las personas llenas del Espíritu, tienen curiosidad intelectual sobre la fe.

Las personas llenas del Espíritu, desean el bien de los demás.

Dios os bendiga.


RBarrón


Y una gran noticia para esta parroquia también por vuestra implicación en MADRE VEN:



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