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Foto del escritorAlejandro

Visita y Encuentro parroquial con P. Valerio

Buenos días,

La eucaristía de hoy es especial.

Valerio, quisiéramos darte la bienvenida, ésta es tu parroquia.


Tenemos con nosotros al Padre Valerio. La mayoría lo conoce, pero algunos niños, los sentados en los primeros bancos, seguro que no sabeis quién es.


Ahora vive retirado en Noia, cuidando de su salud, pero el Padre Valerio fue párroco de San Francisco más de 20 años, después de ser misionero muchos años antes, por Marruecos.


Ha bautizado a muchos de vosotros (incluyo a mis tres hijos), ha dado la primera comunión en estos 20 años, os ha acompañado en vuestra confirmación y en algún caso, os ha casado. A algunos también les dio clase en el colegio y las chicas recordaréis con cariño que os llamaba a todas Genoveva. Pero lo realmente importante es el amor, la dedicación y la fraternidad con la que realizaba todas estas labores.

Te recordamos como “el sacerdote confesor”, no es frecuente ver colas de jóvenes, delante de un confesionario, porque querían que ese sacerdote “quiero que me confiese a mi”.

En la misa del catecismo, cuando había que rezar la oración que Jesús nos enseñó y estaba el niño que gritaba con fuerza desde el banco, EL PADRE NUESTRO, … cuando estaba distraído, pocas veces, te encargabas de decir, ¿qué toca ahora?.

Hemos vivido contigo momentos especiales, momentos de euforia, momentos que no se olvidan nunca por su importancia y por su trascendencia, (la ordenación de algún sacerdote, de algún diácono y de algún obispo).

También en viajes (Asís, Roma, Vaticano... momentos tan entrañables) excursiones (marcha por la paz, peregrinación a Santiago y tantas otras) cuando hay convivencia es cuando verdaderamente conoces a la persona y se afianza un vínculo.

Cuando vemos que la sociedad reconoce el trabajo de unos jóvenes, que se dedican a dar amor a los que duermen en la calle, Valerio está ahí.

Cuando tenemos el reconocimiento de que la Catequesis de Franciscanos es algo especial, Valerio está ahí.

Cuando estamos entusiasmados con el párroco actual, Valerio está ahí.

Cuando los franciscanos de la parroquia presiden las misas y nos acompañan en nuestra vida diaria, Valerio también está ahí.

Cuando tomamos un café los domingos en la post-misa, Valerio está ahí.

En todas las actividades de la Parroquia de San Francisco, que son muchas, Valerio está ahí.


El día de hoy, esta eucaristía, el café post-misa, la comida que vamos a compartir y todas nuestras oraciones, las dedicaremos a dar gracias a Dios por haber puesto en nuestro camino al Padre Valerio. Y cómo no, aprovecharemos, para darle un abrazo. Ese es Valerio, buen sacerdote, buena persona, que nos ha marcado y nos ha dejado huella.

Muchas gracias, Padre Valerio. Comenzamos.



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